Conforme se reinicien las actividades de manera presencial, se prevé una explosión de los espacios colaborativos o coworking, que en México suman 508, según el Global Coworking Growth Study 2020, y donde los denominados freelance podrían trabajar en un entorno más social.
“Estos espacios estimulan la creación de redes y equipos de trabajo, lo que proporciona a los clientes más experiencia para proyectos bajo demanda, con resultados a menudo más rápidos y rentables”, coinciden los profesores Enric Serradell y Laura Lamolla de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Al abordar algunas tendencias que se pueden esperar para este año, los catedráticos consideran que, como la pandemia provocó un aumento vertiginoso del teletrabajo y las videoconferencias, estas llegaron para quedarse.
Por ello, las empresas trabajan para ofrecer nuevas funciones para crear y compartir contenido, realizar un seguimiento de los resultados de proyectos, capacitar a los empleados y organizar equipos virtuales, así como en la creación de oficinas virtuales.
Con la premisa de que la gig economy o modelo que alude a trabajos esporádicos que podrían compararse con el «freelance» o autónomo se expandirá, las organizaciones invertirán en trabajadores bajo demanda para llevar a cabo proyectos especializados y obtener resultados de manera eficiente.
Esto, a su vez, implica un aumento del uso de plataformas de reclutamiento de talento, además de que las empresas desarrollarán redes de colaboración de trabajadores eventuales, minimizando los costos laborales fijos.
“Será más difícil encontrar trabajos tradicionales de tiempo completo y con beneficios completos”, destacan al respecto Serradell y Lamollan.
Por otra parte, y en opinión de los profesores, el envejecimiento de la población y la fuerza laboral cada vez más fragmentada han provocado que muchas industrias experimenten escasez de colaboradores cualificados, por lo que sugieren flexibilidad con nuevos trabajadores que prefieran trabajar de manera remota, ya que dominan mejor las herramientas digitales, es decir, el talento Z.
En la parte correspondiente a las empresas, recomiendan conciliación, toda vez que laborar para una firma que promueve un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal es fundamental.
Otros consejos son el trabajo en equipo, sentirse como parte de un equipo y reforzar el coaching entre compañeros, así como desarrollar nuevas habilidades fuera de las funciones habituales y transparencia absoluta sobre las oportunidades reales de avance.
A estas recomendaciones se suman el compromiso corporativo con la responsabilidad social tanto en temas de equidad como ambientales, combinar diferentes generaciones en el mismo equipo es una de las claves para atraer y retener a los trabajadores de las nuevas; se añade también la oportunidad de rotar en varios trabajos durante sus primeros años en una empresa.
Como quinta tendencia, los catedráticos identifican la automatización, cuyo impacto en la fuerza laboral tendrá muchos aspectos positivos, incluido un impulso a la productividad y a la eficiencia, así como un aumento de nuevos empleos cualificados.
“Sin embargo, también hay aspectos negativos en la robotización, que varían según las diferentes industrias, áreas geográficas y grupos de población, creando en algunos sectores industriales un efecto de desplazamiento y de pérdida de trabajo”, abundan.
Finalmente anticipan que la sostenibilidad será un requisito competitivo; pasará de la novedad social a la necesidad empresarial a medida que disminuyan los costos y aumenten las demandas de una amplia gama de partes interesadas, incluidos los clientes, los empleados y el gobierno.
“El retorno del crecimiento económico renovará la presión sobre la oferta de recursos y los precios, la regulación y los impuestos, por lo que las empresas deberán planificar de manera estratégica el aumento de los precios de los recursos y las materias primas, la volatilidad y la escasez”, concluyen.
C$T-EVP