En un país como México donde la discriminación, el acoso y el hostigamiento sexual en los centros de trabajo son prácticas comunes y tristemente arraigadas, cualquier esfuerzo en materia de prevención, atención y sanción parece mínimo, sin embargo, es fundamental seguir trabajando en “cambiar el chip”, así como incrementar la cultura de la denuncia y la confianza en los mecanismos que buscan erradicar la impunidad.
Con casi siete años al frente de la dirección general de Igualdad de Género, Diversidad e Inclusión del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), María José Morales tiene claros los desafíos del día a día, pero también que el más grande reto a mediano y largo plazo es “desaprender” y “reaprender”.
“Se sigue pensando que la diversidad, la inclusión y la no discriminación son temas de moda, que un día llegaron y van a desaparecer”, pero nada más falso que eso, lo que se promueve son derechos que no sólo están establecidos en leyes en México, sino que también forman parte de instrumentos y acuerdos internacionales.
Aunque desde diciembre de 2014 el IFT cuenta con un comité para casos de hostigamiento y acoso, así como con un protocolo para la atención a denuncias presentadas, en 2023 se redefinió para contar con un instrumento integral que establece de manera clara y accesible el procedimiento marco para prevenir, atender y sancionar los casos de acoso laboral y/o sexual, hostigamiento sexual, y/o discriminación.
Es así que el nuevo mecanismo plantea resolver los problemas de discriminación y violencia que tienen lugar en el ámbito laboral, entendiendo que es una responsabilidad institucional y buscando superar la visión de que se trata de un conflicto individual que corresponde a las partes resolver.
“El tema es tratar de desmontar esas ideas, estereotipos y sesgos creados por el ambiente en el que crecimos y en aquellos donde nos desenvolvemos. Siempre digo que a pesar de que tengamos instrumentos leyes y códigos, lo más difícil es desaprender y reaprender. Es una preocupación que sin embargo, hemos ido atacando con una gama de cursos, talleres, conversaciones y proyectos donde vamos tratando de incidir en la conciencia de las personas que colaboran en el instituto”.
Hoy, el IFT cuenta con un protocolo de avanzada que recogió la visión y el trabajo tanto de mujeres del propio instituto como de expertas externas, además del acompañamiento de Leticia Bonifaz, experta internacional en materia de igualdad de género
De hecho, el Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia y la Discriminación del IFT tiene en su “ADN” el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce el derecho de toda persona a un mundo laboral libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género.
Este mecanismo es materia de acción para el Comité de Prevención y Atención a Casos de Violencia y Discriminación, conformado por un grupo de siete personas servidoras públicas de diferente niveles jerárquicos que tienen la labor de prevenir, atender y resolver los casos de acoso laboral o sexual, hostigamiento sexual y/o discriminación.
En entrevista con ConsumoTIC, María José Morales enfatizó que una caractéristica clave del abordaje que se da a los casos que atiende el Comité es que no solamente se admiten quejas por parte quien se ve afectado, sino también denuncias cuando una persona es testigo de alguna situación de violencia o discriminación; además, se cuenta con personal “de primer contacto” que ofrece información y atiende dudas.
“El protocolo contempla un violentómetro, es decir, se marcan diferentes niveles de violencia que van desde una broma o comentario violento, hasta acciones que involucran lo físico y violencias más graves”, lo cual es muy útil para definir el abordaje de la situación.
La funcionaria detalló que el protocolo, habla que en caso de violencias menores, la persona acusada tiene una especie de segunda oportunidad a partir de una recomendación, pero ello no significa que se permita la reincidencia, de hecho ésta es una agravante.
“Es decir, si una persona le hace a otra una broma o comentario que deriva en una queja y una recomendación, si vuelve a hacer un comentario fuera de lugar, esto se toma en cuenta para hacer una nueva recomendación. Cuando se dan casos de violencias graves, como ya se tuvo un caso, la recomendación del Comité es de un cese inmediato. No hay lugar a reincidir”.
Hoy, gracias a la permanente difusión y trabajo de concientización al interior del IFT, el personal que labora en este órgano regulador sabe que en caso de sufrir algún tipo de violencia o discriminación, tiene a su alcance un formato disponible en la intranet que una vez llenado, es remitido a la Secretaría Técnica del Comité, mismo que en un plazo de tres días, sesiona y determina la procedencia de la queja.
Cuando se encuentran elementos se contacta al Subcomité de Investigación, que también es conformado por personal del instituto y que tiene entre sus funciones contactar a las partes involucradas y a testigos.
“Esta investigación se presenta al Pleno del comité que luego hace una recomendación de lo que tendría que hacer la persona denunciada. En la historia de este comité mejorado, nuevo y moderno, ya tuvimos un cese por un tema de violencia sexual. Con esto dejamos claro que hay consecuencias”.
María José Morales detalló que el Comité reporta sus actividades cada seis meses, poniendo a disposición un reporte estadístico que si bien garantiza la confidencialidad, permite ver en qué deriva una queja, las recomendaciones y en qué casos aplican sanciones de mayor calado como el cese de la persona que resulte responsable.
Es así que desde agosto de 2023 a la fecha, el Comité ha recibido un total de siete quejas: Dos por acoso laboral, una por hostigamiento sexual (que derivó en el cese de la persona acusada), una por hostigamiento laboral, una que se presentó pero no procedió, y dos más que están en curso.
La tarea para garantizar espacios libres de violencia, discrinación, acoso y hostigamiento es ardua, como también lo es lograr captar la confianza en los instrumentos y mecanismos diseñados para la prevención, atención y sanción, sobre todo en un país en el que la impunidad es cotidiana, pues a nivel nacional, el 94 por ciento de los delitos que se cometen no se denuncian, peor aún, menos del 1.0 por ciento son resueltos.
“Estamos trabajando mucho en el tema de la confianza. La naturaleza misma del Comité ahora hace que las personas puedan acercarse, y algo importante es que no hay una relación jerárquica entre los miembros. Al tener una representación diversa en este Comité, se promueve que las personas tengan confianza de que es un instrumento transparente”.
Una de las tareas permanentes que realiza la dirección a cargo de María José Morales es informar cómo funciona el protocolo, su integración, los tipos de violencia que contempla, con quién acudir, las recomendaciones que pueden realizarse y las consecuencias para quienes resulten responsables.
Los resultados de estas acciones se visibilizan en una reciente encuesta interna que muestra que “más del 80 por ciento de la población del IFT reconoce al protocolo como el instrumento al que hay que acudir cuando se sufre algún tipo de violencia”.
Y sin embargo, con todo y los avances registrados, es evidente que el trabajo aún no termina, que se requiere del esfuerzo de todas y todos, porque fortalecer la diversidad, la inclusión y la perspectiva de género en los espacios laborales, representa un beneficio colectivo.
IFT y su Pleno sin comisionadas.
Para María José Morales, la ausencia de mujeres comisionadas en el Pleno del IFT es una lamentable situación que deja priva a la institución de un elemento sustancial de desarrollo: la diversidad, que permite contar con puntos de vista diferentes, con distintas formas de abordar los problemas y crear soluciones.
“Estudios de todo tipo destacan las bondades de tener paridad en todos los espacios, en la manera de despeñarse, de pensar, participar y de crear de las mujeres y los hombres, que es diferente y complementaria. No tener ocupadas las posiciones en el Pleno del IFT es una gran pérdida. Conocemos las listas de las personas que podrían ocupar esas tres posiciones y todas profesionalmente son muy destacadas, y además son aliadas del tema de género. Es totalmente lamentable y ojalá que esto pudiera revertirse pronto”.
C$T-GM