A pesar de algunos avances legislativos, en diversas plataformas digitales de mensajería instantánea se distribuye, comparte y comercializa contenido sexualmente explícito de niñas y niños y lo más preocupante es que muchas veces son los propios familiares quienes realizan las grabaciones que luego venden al mejor postor, aprovechándose de la confianza que los menores tienen precisamente por el lazo familiar.
En ese sentido, es urgente actualizar a las autoridades para que atiendan este tema con perspectiva de género, de infancia y de derechos humanos para no revictimizar a las personas, pues si bien se han tenido avances como la llamada Ley Olimpia, ésta no atiende toda la problemática, advirtió Dania Bejarano, directora de Prevención Ciberviolencia.
Entrevistada al término del evento de arranque de la segunda edición de la campaña “A salvo en las pantallas”, que su organización lleva a cabo en con otras organizaciones, Dania Bejarano aseguró que las modificaciones al Código Penal y a la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, conocidas generalmente como Ley Olimpia, si bien son importantes, no atienden toda la problemática y por lo tanto, “hay mucho por hacer y creo que las autoridades están rebasadas en este tema”.
Respecto a los resultados de la primera edición de este ejercicio, llevado a cabo el año pasado, detalló que en esa primera medición se descubrió que de enero de 2021 a mayo de 2022, se presentaron 2 mil 205 denuncias sobre acoso sexual a niñas, niños y adolescentes en la red, de las cuales se derivaron 534 carpetas de investigación, pero sólo dos terminaron en acciones penales.
Esto demuestra que las autoridades no tienen muchas herramientas e inclusive poco entendimiento del tema, por lo que anticipó que este año haya más denuncias, lo cual “no es necesariamente una mala noticia”, sino que muestra que las personas están más conscientes del problema y cada vez se consolida más la cultura de la denuncia.
Respecto a las víctimas, detalló que el año pasado 1,006 fueron niñas y 171 niños de hasta 17 años, destacando el caso de Jalisco, donde hubo más denuncias de ciberacoso contra niños varones.
Explicó que nadie debe tener miedo porque se mencione la palabra “sexual” en la campaña de prevención contra el ciberacoso, porque el fenómeno existe y se debe informar a los niños (en el lenguaje adecuado y sin entrar en detalles inadecuados para su grado de madurez), así como a los adultos que los cuidan, porque hoy en la red hay mucha información. “Ya no es pretexto decir que nadie nos enseñó a ser padres; ahora se puede aprender”.
En esta edición, también se incluye un cuestionario dirigido a niñas y niños de primaria, que forma parte de un programa piloto para detectar “focos rojos” por ahora en las alcaldías de la Ciudad de México, si bien para el futuro se pretende ampliar este ejercicio al resto del país, para identificar dónde es más grave el problema de acoso cibernético.
También entrevistada en el mismo contexto, Amied Pimentel, líder de Womcy México, organización dedicada a la ciberseguridad con enfoque de género, dijo que apoyar esta campaña es muy importante, porque todavía hay un sesgo cultural notable en donde se piensa que las niñas, por el sólo hecho de serlo, pueden ser atacadas, mientras que los niños no pueden ser víctimas.
Afortunadamente esta cultura va cambiando, pero todavía hay muchos funcionarios de gobierno (en todos los niveles), con quienes se debe trabajar para cambiar la mentalidad y darles elementos para comprender la gravedad del tema.
Incluso, a los adultos y, particularmente adultos mayores que están a cargo de los niños, se les debe concientizar sobre la relevancia de abrir sus mentes, porque hoy se tiene “un mundo en las manos” a través de un celular, donde puede haber personas malas asediando a los menores.
“Estamos interconectados y también somos vulnerables y disruptivos, pero hay una serie de circunstancias que hoy son distintas a las que nos tocó vivir a nosotros” y por eso es nuestro deber actualizarnos para ayudar a proteger a nuestros niños, que quizá tampoco tengan esa conciencia tan desarrollada.
“En la pandemia, todos le dimos una tableta a nuestra abuelita para hablarnos, pero nunca le dijimos: ‘abuelita, también hay gente mala tras de la pantalla’ y no tienen esa conciencia. Es exactamente lo que pasa con el niño” y por eso hay que apoyar campañas como esta.
C$T-GM