Con la transformación que vive la sociedad, no se pueden seguir tomando las decisiones de la misma forma de siempre, pues existe una sociedad diversa, donde incluir a las mujeres en los niveles de toma de decisión, lejos de implicar un gasto –como algunos todavía piensan—es un activo, porque de hecho, las empresas diversas, tienen mejores posibilidades de sobrevivir y crecer, que aquellas que no lo son.
Claudia Calvin Venero, consultora en temas globales, género y TIC e integrante de la organización Conectadas, aseguró que “los datos claramente indican que cuando hay diversidad y se incluye a las mujeres, las empresas tienen 25 por ciento menos posibilidades de llegar a la bancarrota que cuando no hay diversidad”.
Al participar en el panel “Tendencias de liderazgo para 2024: Mentalidad de colaboración y compromiso”, dentro de Conecta México 2024, la especialista aclaró que las empresas deben entender que la participación femenina no es un costo –como todavía creen algunas personas e incluso algunos tomadores de decisiones—sino una inversión.
“Invertir en las mujeres, en su desarrollo, crecimiento y fortalecimiento en las habilidades blandas y fuertes es un gran activo”.
Llegó el momento de dejar de ver el tema como una moda y también es importante hablar de “los elefantes que tenemos (en la sala)”, por ejemplo empresas que sí incluyen a muchas mujeres en sus estructuras, pero no en los niveles de toma de decisión.
Y es que, añadió, hay compañías que contratan a mujeres muy capaces, pero las colocan como secretarias o asistentes, porque son talentosas pero hay quienes creen que van a amenazar sus puestos, en lugar de ver que suman al conjunto.
Es momento de que las empresas se planteen “las necesidades diversas de mujeres y de hombres para que se entienda que tenemos objetivos comunes aunque medios diferentes para alcanzarlos y tenemos necesidades diferentes, pero tenemos en común que queremos cumplirlos y eso implica diálogo, alianza, empatía y comprensión”.
Claudia Calvin recordó que la industria de la tecnología tiene un enorme potencial de transformación social y dadas las condiciones específicas de México, donde hay millones de personas en condición de pobreza y donde la delincuencia es un factor que incide en el desarrollo de ésta y otras ramas de la economía, es necesario construir liderazgos resilientes, empáticos y con visión global, desde el director general de la empresa hasta quien atiende al último cliente.
“Necesitamos que cada una de las personas entienda la complejidad, el peso y la importancia de la labor que estamos haciendo”.
A su vez, Gretta González, gerente de Negocios en Uber Latinoamérica, aseguró que la inclusión en las empresas lleva a incorporar a quienes no piensan igual y por lo tanto, eso obliga a tomar los conocimientos, la forma de pensar y las opiniones de personas distintas, para llegar a decisiones más completas.
En el caso de Uber, una de las claves ha sido que la estructura es mucho más horizontal que en el mundo corporativo tradicional. Esto significa que las jerarquías son mucho menos estrictas y eso facilita la comunicación, el diálogo y las aportaciones de toda la plantilla de personal que debe trabajar de manera conjunta –con sus opiniones—en la concreción de los proyectos que se realizan.
En el mismo sentido, Raquel Freitas, directora ejecutiva de Conecta Latam, explicó que en su caso, la empresa tiene un espíritu de colaboración y diálogo, empezando por el hecho de que el equipo se encuentra distribuido en diversas partes del mundo (sobre todo América Latina) y eso obliga a hacer mucho trabajo a distancia que a su vez lleva a la toma de decisiones más eficiente.
Por otro lado, hay mucha horizontalidad en el trabajo, lo que cohesiona muy bien a un equipo donde hay muchas mujeres y hombres de distintas edades, quienes parten de un principio elemental y fácil de comprender, que resumió en una sola frase: “todos hacemos de todo”.
A su vez, al referirse al tema de compromiso, Gisela San Juan, directora División de Transformación Digital de la Universidad Metropolitana de Monterrey, reconoció que ese es un asunto delicado entre la juventud mexicana, porque muchas veces a los jóvenes se les pregunta: “¿qué quieren ser de grandes?” y suelen contestar que influencers o tiktokers.
Sin embargo, se dijo convencida de que “entre la juventud mexicana existe esta ambición de ser mejores, superarse tanto económicamente como socialmente y ahí las universidades tienen un compromiso muy fuerte con ellos, precisamente para desarrollar esas habilidades que les permitan colocarse de mejor manera en la industria”.
Para que esto suceda, es necesario un esfuerzo de las universidades, que deben acercarse con la industria, para saber qué requieren y por lo tanto “formar mejor a nuestros estudiantes”, para que puedan insertarse de manera eficiente e incidir con cambios positivos en las empresas.
C$T-GM