Los dispositivos digitales que las niñas y niños tienen en sus manos, incluso durante sus horas de escuela, los acercan a grandes oportunidades de interacción social, diversión y educación, pero también a la distracción, en particular, cuando se trata de aprender matemáticas.
“Los estudiantes que reportaron haber sido distraídos por sus pares usando dispositivos digitales en algunas, la mayoría o todas las clases de matemáticas, obtuvieron resultados significativamente menores en las pruebas de matemáticas”, destaca un reciente reporte de la OCDE.
El documento “Estudiantes, dispositivos digitales y éxito” destaca que la mayoría de las soluciones a este tipo de dilemas, provienen en su mayoría de las reglas que cada maestro dicta en su propio salón sobre el uso de los dispositivos.
“El uso excesivo de dispositivos digitales para el ocio en las aulas puede impactar negativamente el rendimiento académico de los estudiantes”, en especial, cuando el índice de probabilidad de que usen dispositivos digitales “en todas o casi todas las lecciones de matemáticas”, es superior a 1.40, en una escala de 0.70 a 1.50.
Los resultados de la base de Datos Volumen II Anexo B2 de la Prueba Pisa 2022, indican que entre 80 países y/o regiones medidas, el promedio de la OCDE indica que casi el 30 por ciento de los niños y niñas se distraen durante las lecciones de matemáticas por el uso de sus propios dispositivos y alrededor del 28 por ciento porque alguno de sus compañeros los utiliza.
Mientras Argentina y Uruguay presentaron, respectivamente, niveles cercanos a 52 y 51 por ciento de distracción por uso de aparatos propios, y de 40 y 42 por ciento porque otro compañero los usaba; los países con mejores indicadores fueron Japón y Corea, donde los niños sólo se distrajeron en 5.0 y 10 por ciento, en cada caso, usando dispositivos digitales durante las clases de matemáticas.
En la medición que indica qué tanto se distraen los niños en clases de matemáticas con sus propios dispositivos o con los dispositivos de algún compañero, México ocupa el lugar número 29 de los 80 medidos por la OCDE, con cifras aproximadas del 25 y 23 por ciento, respectivamente.
Los resultados del estudio indican que “políticas como la prohibición de teléfonos inteligentes durante las clases pueden ayudar a mitigar distracciones, pero se necesita una aplicación efectiva de la medida, en conjunto con otras estrategias, para lograr entornos de aprendizaje enfocados”.
Asimismo, “el acceso a la tecnología digital es esencial para la educación (y por lo tanto) se deben hacer esfuerzos para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a las herramientas y recursos digitales necesarios para alcanzar un nivel adecuado de aprendizaje en cualquier parte del mundo, si bien es necesario contar con apoyo y supervisión de adultos, apropiados para la edad de los niños”.
Si bien es evidente que entre mayor tiempo dedicado al ocio en los dispositivos digitales durante las clases de matemáticas, menor es el rendimiento de los estudiantes, no se puede perder de vista que en el mundo digital actual y conforme a la “Recomendación de la OCDE sobre los niños en el mundo digital” resulta crucial “establecer condiciones para una economía digital segura y beneficiosa. Los sistemas educativos desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudar a los niños a navegar los riesgos mientras se cosechan los beneficios”.
Mientras los padres de familia, profesores y gobiernos se preocupan porque las tecnologías digitales y las redes sociales puedan exacerbar los sentimientos de ansiedad y depresión de los niños y jóvenes, es evidente que las tecnologías digitales cada día se integran más a la educación y por lo tanto se deben reconocer los desafíos y complejidades que esto implica.
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