Aunque el aprendizaje digital, principalmente en la educación superior, experimentó un incremento notable durante y después de la pandemia, la adopción de los sistemas de gestión de aprendizaje (LMS) se ha visto limitada por la carencia de tecnologías (aparatos y conectividad) en las instituciones educativas y la falta de habilidades digitales del personal docente para utilizar estas herramientas.
De hecho, en México la Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia en la Educación advierte que el 50 por ciento de los estudiantes en México carece de una computadora portátil o de escritorio.
Desde la perspectiva de John Baker, fundador y director ejecutivo de D2L, es importante que las plataformas que ofrecen estos servicios sean flexibles y puedan desplegarse también en teléfonos celulares.
Datos de la consultora The Competitive Intelligence Unit (The CIU), muestran que en México los dispositivos móviles tienen una penetración de 111 por ciento, con un total de 145 millones de líneas móviles, de las cuales 8 de cada 10 usan aparatos de gama media o alta.
En ese sentido, John Baker detalló que “dado el avance que a nivel mundial ha habido en innovación de tecnología digital para el ámbito educativo, retrasar el aprovechamiento de dichas herramientas restringe la oportunidad de implementar modalidades más flexibles de aprendizaje y, a la par, mejorar la accesibilidad a la educación a nivel nacional” y por ello es importante que las plataformas educativas puedan desplegarse en distintos dispositivos.
Las plataformas de educación en línea deben atender las necesidades cambiantes del entorno educativo, con aprendizaje personalizado y un enfoque centrado en entablar conexiones humanas significativas entre educadores y estudiantes, a través de la educación basada en competencias, como el entorno del empleo exige cada vez más.
El mundo laboral exige cada vez más conocimientos y habilidades específicas que evolucionan constantemente, en ocasiones, más rápido que los planes de estudio. Esta es una situación a la que hoy más que nunca deben hacer frente las instituciones de educación superior, en especial por la delicada tarea que tienen en la formación de profesionales cada día más especializados.
Una posible solución se presenta a través de la Educación Basada en Competencias, un modelo que toma en cuenta la “preparación para el trabajo”. Es decir, se centra en lo que se espera de los profesionales en una industria o trabajo en específico y, a través de asociaciones estratégicas con los empleadores y la industria, crea experiencias de aprendizajes relevantes para el mercado actual.
Una de las expresiones concretas de este modelo son las llamadas micro credenciales, es decir, certificaciones que empresas e instituciones educativas expiden a quienes completan cursos sobre determinadas competencias específicas que se requieren en el mercado laboral. “Incluir las micro credenciales en las universidades se ha vuelto una necesidad”, consideró John Baker.
Por otra parte, en el entorno global, es vital actualizar constantemente los planes y programas de estudio, mientras que en el caso de México, el fenómeno del nearshoring confirma esta necesidad, pues las empresas no solo requieren espacios industriales de altas especificaciones para sus operaciones, también necesitan de una fuerza laboral calificada y competitiva.
Por ello, son necesarios aliados estratégicos que inviertan en la creación de programas que promuevan el desarrollo del aprendizaje digital especializado para el campo laboral y, el papel de las universidades es crucial para lograrlo.
Sin embargo, en la educación superior en México, prevalece una alta deserción escolar, que desde el año 2000 a la fecha se ha pasado de 8.3 a 8.5 por ciento, incluso por arriba de los porcentajes que se observan en otros niveles educativos, especialmente por la situación económica de los estudiantes y la inflexibilidad de los sistemas educativos en México.
De ahí que se requieren soluciones distintas como los llamados sistemas de gestión de aprendizaje (LMS), modelo que facilita la individualización de las estrategias de enseñanza de acuerdo con las necesidades y preferencias del alumno, donde la tecnología funcione como un aliado tanto para profesores como para estudiantes.
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