La Ciudad de México se ubica en el lugar número cuatro en América Latina entre las ciudades más “inteligentes”, es decir, las que mayores avances registran en materia de aplicación de tecnología para mejorar diversos aspectos de la vida cotidiana de sus ciudadanos y en el número 115 en el ranking internacional, sólo detrás de Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos, que ocupa el número 114 en la misma medición.
De acuerdo con el Índice IESE Ciudades en Movimiento (ICIM) 2024 elaborado por la Escuela de Dirección de Empresas de la Universidad de Navarra, que mide capital humano, cohesión social, economía, gobernanza, medio ambiente, movilidad y transporte, planificación urbana, proyección internacional y tecnología, la capital de México presenta números dispares en los distintos rubros.
Esta misma disparidad entre los resultados de cada uno de los rubros que mide el índice, se puede observar en muchas otras ciudades, tanto entre las que ocupan los primeros lugares, como en las que se pueden comparar con la Ciudad de México y forma parte de una tendencia global.
“A pesar de la reciente evolución de la pandemia, las urbes continúan adaptándose a desafíos económicos y sociales emergentes como la inflación creciente, el aumento en los precios de la energía y las tensiones geopolíticas, incluyendo los conflictos en Ucrania y en Palestina”.
De este modo, la Ciudad de México, ubicada en el lugar 115 del ranking, cuenta con una calificación en capital humano de 54; de 116 en cohesión social; de 117 en economía; 82 en gobernanza; 167 en medio ambiente; 79 en movilidad y transporte; 42 en planificación urbana; 55 en proyección internacional y 148 en tecnología.
Para tener un parámetro, la ciudad que ocupa el número inmediato anterior en el ranking, es decir, Abu Dabi en Emiratos Árabes Unidos, en el número 114 del ranking general, ostenta una calificación en capital humano de 156; en cohesión social de 44; en economía de 81; en gobernanza de 96; en medio ambiente de 172; en movilidad y transporte de 105; en planificación urbana de 72, proyección internacional de 84 y en tecnología de tres.
Esto indica que contar con más tecnología no hace necesariamente a la ciudad más “inteligente” que otra. De hecho, el Índice ICIM coordinado los profesores Pascual Berrome y Joan Enric Ricart del Centro para la Estrategia y Globalización de la Escuela de Dirección de Empresas, distingue dos categorías de ciudad: las “Digitalizadas” y las “Inteligentes”, donde las primeras cuentan con herramientas tecnológicas, mientras las segundas han logrado un grado mucho más integrado de eficiencia operativa.
En el índice global, que incluye a 183 ciudades del mundo, de las cuales 85 son capitales de países, el número uno (por tercer año consecutivo) lo ocupa Londres, seguido por Nueva York en el número dos, París en el tres, Tokio en el número cuatro y Berlín que se encuentra en el número cinco, sin duda en la categoría de “Smart Cities”.
Para tener un contexto, Londres tiene el número uno en capital humano, el 25 en cohesión social; el 7 en economía; el dos en gobernanza; el 17 en medio ambiente; el cuatro en movilidad y transporte; el 1 en proyección urbana y el 1 en proyección internacional.
“El avance hacia la urbanización inteligente y sostenible es una tendencia global creciente que está redefiniendo el desarrollo de las ciudades y su respuesta a los desafíos del mundo moderno. Esta transformación se puede comprender mejor a través de un enfoque analítico basado en clústeres, que nos permite descifrar el complejo paisaje de la innovación urbana y la sostenibilidad”, señala el ICIM 2024.
Dichos “clusters reflejan las características comunes en los perfiles económicos y de desarrollo que, en su mayoría, comparten las urbes miembros. Estos resultados destacan la importancia de las estrategias personalizadas para la implementación de tecnología inteligente, reconociendo la diversidad y las fortalezas únicas de cada ciudad” y se han agrupado en seis tipos de ciudades.
A la Ciudad de México se le ubica en el grupo uno, conformado por “urbes (que) enfrentan desafíos significativos en todas sus dimensiones, aunque algunas destacan ligeramente en proyección internacional.
En su mayoría, estas ciudades, como Bangkok (118 del ranking), Sao Paulo (130) y Ciudad de México (115), se encuentran en un proceso de abordaje de complejos retos económicos y aprovechamiento de las oportunidades emergentes, especialmente en la mejora de su infraestructura tecnológica y sus sistemas de transporte”.
Ante la necesidad de una gestión urbana estratégica y proactiva, el ICIM 2024 propone algunas reflexiones y sugerencias como: afrontar los desafíos económicos de manera proactiva como ciudad; ofrecer respuestas a crisis sociales y geopolíticas (como las de Ucrania y Palestina) que vayan más allá de la diplomacia tradicional; innovar y adaptar la tecnología con la prioridad en la adopción de las TIC para mejorar la eficiencia y los servicios con promoción de inclusión digital.
También es importante que las ciudades aprendan de proyectos globales; que se busque el equilibrio entre el crecimiento económico, justicia social y sostenibilidad (de ahí que el Índice mida economía, cohesión social, y capital humano, entre otros factores); y por último, utilizar la información emanada del propio ICIM para identificar las áreas de mejora e “inspirar políticas basadas en proyectos exitosos implementados en otras ciudades”.
Sobre los retos y oportunidades que plantean las “ciudades inteligentes”, Sergio Navarro, director de Preventa en IQSEC, empresa mexicana dedicada a ciberseguridad, señaló que mientras el tránsito hacia las ciudades inteligentes no pase por “una estrategia sólida de ciberseguridad y ciber resiliencia, el concepto Smart Cities se queda corto, siendo solo Digitized cities que no cuentan con la capacidad de proteger adecuadamente a sus usuarios”.
Agregó que “en la actualidad, una ciudad que no se mantiene al día en términos tecnológicos afronta desafíos significativos en comparación con sus contrapartes, afectando a áreas cruciales como la seguridad, la educación y la salud.
Por ello, es primordial, evolucionar, incluso, hacia un nuevo concepto: Secure Smart Cities, lo que permite poner el foco en el desarrollo de estrategias de ciberseguridad para brindar la protección de sus ciudadanos, infraestructura y datos”, con la mejora en la calidad de vida y eficiencia de los servicios urbanos como centro de las acciones.
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