Yucatán es un estado con una biodiversidad única, por lo que desde hace un año de manera colaborativa y multisectorial, se emprendió el proyecto Tech4Nature, el cual con la ayuda de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), nube y data analytics se buscó la conservación y regeneración de ecosistemas relevantes en la entidad como el manglar ubicado en la reserva de Dzilam de Bravo.
Dzilam de Bravo pertenece a una reserva estatal, donde se lleva a cabo una tarea importante de conservación de 61 mil 706 hectáreas; se trata de un ecosistema de manglar, aunque también integra un ecosistema de sabana, precisó Sayda Rodríguez Gómez, Secretaria de Desarrollo Sustentable, del estado de Yucatán.
El manglar es muy importante para Yucatán, porque el estado ocupa el tercer lugar del país, en este tipo de ecosistemas, siendo el ubicado en la reserva Dzilam de Bravo, «uno de los más conservados, de los más bonitos y mejores del país», por lo que desde hace un año se inició el proyecto piloto de su conservación, detalló la funcionaria en el encuentro Tech for Habitats, organizado por Huawei.
«Utilizando todo el poder de la tecnología se puede tener una comprensión más profunda del impacto del cambio climático, y con innovación cuidar la biodiversidad de una manera diferente, favoreciendo a la comunidad y cuidando el patrimonio cultural, del cual nos sentimos muy orgullosos», precisó la funcionaria.
Una de las metas principales fue proteger el jaguar, una especie en peligro de extinción, pero también de forma colateral cuidar otras especies de las cuales depende la existencia del corredor de esta especie animal en Yucatán. El objetivo fue resolver el gran conflicto del hábitat del felino y la ganadería, así como cuidarlo de la cacería ilegal, algunas de las amenazas que hoy enfrenta.
“Se requería realizar un monitoreo para generar data, confiable, continua y no invasiva”, lo cual se logró a través del trabajo multisectorial entre el gobierno de Yucatán; la empresa tecnológica Huawei; el Politécnico Universitario; la Unión Internacional para el Cuidado Naturaleza (IUCN); y sobre todo el apoyo de habitantes de la comunidad de Dzilam de Bravo, entre otros.
“A un año de trabajo, se logró contar con datos suficientes y oportunos; desarrollar algoritmos para la identificación y monitoreo del jaguar y descubrir otras especies, ahora de interés en esta zona y lo más importante crear valor de pertenencia, de crear y transferir conocimiento y crear áreas de valorización en el uso sostenible de los recursos dentro de la reserva, bajo el estándar de la IUCN”.
La tarea de monitoreo generó más de 30 mil imágenes y videos, lo cual se logró con la instalación de cámaras fijas, mientras que los sistemas de audio obtuvieron más de 500 mil grabaciones, información que para ser analizada, exigió la creación de algoritmos de Inteligencia Artificial (IA), recolección y almacenamiento de data en la nube, data analytics entre otras soluciones tecnológicas.
“Con un un cálculo rápido, se estima que sin el apoyo de la tecnología, ésta tarea de poco más de un año, le hubiera llevado a las personas del equipo, trabajar alrededor de 400 días con sus 24 horas, para poder revisar todas las imágenes y los audiogramas e identificar lo que hoy sabemos a través de los algoritmos”, explicó la funcionaria.
Esta información permitió conocer el estatus de la población de jaguares, cuántos son, los patrones de movilidad de la especie en el denominado Corredor del Jaguar, y conectarlos con otros corredores biológicos, para determinar si el felino “es yucateco” o una especie de tránsito, incluso saber cuál es la época del año, con la mayor probabilidad de poderlos observar.
Rodríguez Gómez adelantó el anuncio de lo que será una nueva plataforma desarrollada para “el reconocimiento de imagen, identificar y clasificar especies en peligro de extinción en otras reservas del estado, para fortalecer alianzas, crear nuevas que lleven a estructurar acciones de regeneración y conservación, por lo menos en el 30 por ciento de las reservas que tiene el estado.
Recordó que las tareas de protección del medio ambiente, han tenido como prioridad apoyar y crear fuentes de trabajo para la localidad, compartir y aprender a utilizar nuevas herramientas tecnológicas, todo ello con la premisa de siempre hacer uso sostenible de los recursos naturales.
Yucatán cuenta con nueve áreas naturales estatales (además de otras federales) que abarcan una extensión de 532 mil 345 hectáreas, que representan el 14 por ciento del territorio estatal. Cabe destacar que toda la zona costera está protegida, ya sea por reservas estatales o por reservas federales.
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