Más allá del sensacionalismo, sin tratar de asustar a la gente, llegó la hora de que la humanidad se detenga a pensar para qué o no debe utilizarse la Inteligencia Artificial (IA), para qué se necesita o no y cuáles serán las cosas que se deben o no hacer en esta carrera, así como evitar que prevalezcan sólo los intereses de las empresas, advirtió Reggie Towsend, vicepresidente de Práctica Ética de Datos de SAS, proveedora de software, analítica y soluciones de datos.
Durante la conferencia de prensa anual denominada SAS Innovate 2023, foro en el que se anunciaron inversiones por mil millones de dólares, ha ejercer en los próximos tres años en el desarrollo de soluciones analíticas avanzadas de SAS, el ejecutivo, dijo que el debate sobre la IA, no debe centrarse nada más en la asombrosa velocidad de su desarrollo, ni en las necesidades de un cliente en particular, sino en las potenciales vulnerabilidades que puede generar en los dos o tres siguientes pasos de la cadena de valor.
Reggie Towsend (quien participa también en el Comité convocado por el presidente de Estados
Unidos, Joe Biden, para analizar el tema de la IA), dijo que más allá del sensacionalismo que envuelve este fenómeno, es indispensable formalizar los compromisos de coordinación a nivel global, en torno a algunos principios éticos para prevenir los riesgos que pueda implicar esta tecnología.
Es necesaria la colaboración de todos y sobre todo la responsabilidad tanto de los creadores de tecnología, como de los desarrolladores de soluciones de IA con las autoridades de cada país, las empresas, la academia y el público en general, que debe ser informado de manera responsable para que estas soluciones se utilicen de manera adecuada, con respeto a la privacidad de las personas, y para el beneficio del mayor número de personas posible.
En todo el mundo, dijo, es necesario establecer principios éticos que protejan de los riesgos del mal uso de la tecnología y por ello es necesario un debate amplio donde participen los gobiernos, la academia, las empresas, los consumidores y el público en general, con información de calidad, que permita definir para qué se debe o no utilizar y cuáles son los límites para la regulación que los Estados puedan imponer, sobre todo ahora que todavía no existen leyes capaces de normar estos temas.
Se dijo optimista, porque “no estamos solos en el esfuerzo por hacer el bien”. SAS está trabajando de manera conjunta con otras empresas para que esta tecnología beneficie al mayor número de personas, reduciendo en lo posible los riesgos que puede suponer y generando beneficio para las comunidades y el medio ambiente.
Ejemplificó con un proyecto que, con el uso de IA está monitoreando la salud de la población de tortugas marinas en las islas Galápagos, en Ecuador, lo cual sirve para la preservación de su hábitat y, en última instancia, para los pobladores del lugar, que reciban más visitantes responsables, quienes dejan recursos para que la gente viva con mayor calidad.
Se pronunció por generar un conocimiento informado en el público sobre el tema, para enriquecer un debate sobre lo que debe y no debe alcanzar la inteligencia artificial.
Desde el punto de vista ético, insistió, se debe ir más allá de crear soluciones directas para cada cliente. Se debe poner el foco en dos o tres pasos más adelante en la cadena de valor de cada industria, para analizar desde ahí cuáles pudieran ser los riesgos de cada una de las innovaciones y entonces definir con mayor claridad las regulaciones que se deben establecer y los acuerdos globales a los que se debe llegar sobre los principios regulatorios en esta materia.
Durante la conferencia realizada en Orlando, Florida, y que fue transmitida simultáneamente vía Zoom a varios países del mundo, James Goodnight, director general de SAS, explicó que los mil millones de dólares que la compañía invertirá en los próximos tres años, se enfocarán en crear soluciones para necesidades específicas en industrias como la banca, gobierno, seguros, salud, ventas al menudeo, manufactura y energía, entre otros.
El proyecto de inversiones incluirá investigación y desarrollo directos, equipos de línea de negocio centrados en la industria y esfuerzos de marketing para la industria. Además, financiará el trabajo innovador de los científicos de datos, estadísticos y desarrolladores de software de SAS, que trabajarán con consultores, ingenieros de sistemas y especialistas en marketing con experiencia específica en el sector.
Otro de los anuncios de SAS, fue el lanzamiento de una nueva mejora en su plataforma SAS® Customer Intelligence 360, avance que proporciona a los profesionales del marketing acceso completo a la fuente de datos de la nube, evitando el movimiento de datos innecesario, costoso y arriesgado.
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