El crédito caro es regresivo y profundiza la desigualdad
Mérida, Yuc. La competencia es un elemento positivo pero insuficiente para garantizar que los bancos dejen de cobrar «extremadas altas» tasas de interés a los usuarios que pagan puntualmente sus créditos, para compensar el riesgo de los clientes morosos, aseguró el director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal.
En su opinión un crédito «caro discrimina, es regresivo y profundiza la desigualdad porque ayuda más, al que más tiene al ser los únicos que pueden pagarlo, es decir, sólo las grandes empresas», pero resulta inaccesible para la enorme cantidad de micropymes que operan en el país.
Explicó que en el mejor de los casos la economía crecerá este año 2.5 por ciento; un negocio prometedor podrá hacerlo incluso al 15 por ciento, mientras que las «extremadas tasas de interés que cobran las entidades financieras son de 34 por ciento, eso impide que el sector productivo del país compita con sus iguales en España o Alemania donde las empresas se fondean en niveles de 2.0 por ciento».
«Cobramos una tasa alta para cubrir el riesgo de los que no pagan, pero al mismo tiempo con esas tasas de interés tan elevadas propiciamos que no nos paguen, eso representa una profecía que obligadamente se cumple», explicó al gremio de los intermediarios financieros, asistentes al XIII En cuento Nacional de Microfinanzas.
Para el especialista esta comprobado que el desarrollo del mercado financiero mejora el ingreso de las personas y contribuye a disminuir el nivel de pobreza entre la población, por ello las políticas públicas deberían tener como objetivo primordial elevar la calidad de los servicios que brinda este sector.
Luis Foncerrada habló de la reducida penetración que tiene el crédito en México el cual esta lejos de recuperar los niveles de 35 por ciento que registraba en 1995, actualmente apenas representa19 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la cartera de las entidades de ahorro y crédito popular apenas equivale al 0.45 por ciento.
El gran reto que tenemos en el país es ver con que políticas públicas y educación financiera se puede contribuir a reducir las elevadas tasas de interés que cobran los bancos y las microfinancieras a quienes pagan sus créditos puntualmente, para compensar el riesgo de quienes no lo hacen en tiempo y forma.
También, dijo es indispensable reducir la cartera vencida y asegurarse que todas las entidades financieras estén registradas ante el Buró de Crédito y reguladas por la Secretaría de Hacienda, porque sólo así habrá la seguridad de que reportan todos sus créditos y evitar que presten a gente que ya esta sobreendeudada.
C$C – EVP