Mientras Adolfo Cuevas Teja alista las maletas tras casi nueve años en el IFT, de los cuales dos fungió como comisionado presidente suplente, llegó el momento de mirar hacia adelante: ¿Qué tan grandes son los nubarrones que se avecinan?, ¿Qué nueva capacidad de reacción tendrá el órgano regulador ante las tácticas y estrategias de los nada cándidos representantes de la industria? ¿Cómo y quiénes dictarán los destinos de la regulación?
El miércoles 9 de marzo se realizará la que podría ser la primera sesión ordinaria del Pleno del IFT liderada por un tercer presidente interino en un órgano colegiado que estaría operando con sólo cuatro de siete integrantes.
Anticipar una fotografía de un Pleno reducido en el número de sus integrantes y las inminentes consecuencias negativas, tiene mucho de realista, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha mostrado interés en enviar al Senado las dos nuevas propuestas para comisionadas que están pendientes desde el 2020 y 2021, respectivamente.
Peor aún, el jefe del Ejecutivo ya tiene también desde noviembre pasado una tercera lista de mujeres especializadas en telecomunicaciones y radiodifusión para ocupar la vacante que queda libre a partir del 1 de marzo con la salida del comisionado Cuevas Teja, con lo cual suman tres los nombramientos que harán falta.
Aunque el presidente de la República sigue tomándose su tiempo mientras obtiene pírricos ahorros por los salarios que no está destinando a las funcionarias, que son clave en los procesos de toma de decisiones en el Pleno del IFT, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión señala que en caso de ausencia del presidente comisionado, será suplido por el integrante de mayor antigüedad. En este caso, las luces del escenario apuntan a Javier Juárez Mojica.
Ingeniero de profesión y servidor público por convicción, como él mismo lo señala en su carta de postulación a comisionado, Juárez Mojica podría ser el protagonista del nuevo capítulo del IFT, un órgano regulador aplaudido y reconocido a nivel internacional, pero cada vez menos valorado desde Palacio Nacional.
“Se sacará la rifa del tigre porque recibirá un IFT bastante debilitado por el presidente interino actual, si ocupa esa silla Javier Juárez Mojica tendrá que trabajar mucho para llevar al instituto a buen puerto, hace falta un liderazgo fuerte y una visión de futuro, crear eso será su primer reto”, opina Salomón Padilla, vicepresidente de la Asociación de Telecomunicaciones Independientes de México (ATIM).
A mediano plazo, señala el especialista, el órgano regulador bajo el liderazgo de una nueva presidencia tendrá que meter acelerador y contundencia en sus dichos y hechos relacionados con la competencia económica.
“Se necesita activar esa área porque hasta ahora el IFT se ha dedicado a validar lo que viene de fuera y no se ha puesto a analizar las particularidades de los mercados, es un tema de consolidaciones y prácticas monopólicas absolutas y relativas”.
Jorge Álvarez Hoth, analista y ex titular de la Subsecretaría de Comunicaciones de 2001 a 2006, coincide en que el desdén del Ejecutivo hacia un órgano regulador tan importante para el desarrollo del país es un elemento que jugará en contra sumándose a piezas internas que sí están en las manos del IFT como institución.
“A este gobierno no le interesa realizar los nombramientos pendientes en el IFT, yo creo que el instituto se quedará con cuatro comisionados, así se ahorran los sueldos de un instituto al que ven como innecesario. Me parece que lo van a dejar operando así y que Javier Juárez será presidente interino”.
En esta nueva gestión, apuntó el analista, el desafío más importante será crear condiciones de competencia y cambiar de forma efectiva las participaciones de mercado en telecomunicaciones a unas “más lógicas”, pues mientras se tenga a un jugador que tiene entre 60 y 70 por ciento, no será posible avanzar.
“Ya lo estamos viendo, los efectos de la falta de competencia son claros en el mercado y afectan directamente al usuario. Hay la necesidad de hacer ajustes y crear condiciones de competencia mucho más agresivas, y por otro lado está la agenda digital, no se está hablando mucho de eso, parece que ya pasó de moda”.
Para Jorge Fernando Negrete, presidente de DPL Group, la experiencia como funcionario, su sólido perfil técnico y el liderazgo que posee al interior del IFT, son atributos de Javier Juárez Mojica que serán fundamentales en su eventual responsabilidad como presidente interino.
“Los comisionados han hablado de la necesidad de tener un Pleno completo, se ve que todos se están concentrados en trabajar como equipo y se puede ver la preocupación porque se nombre ya a las nuevas comisionadas, si no hay otra disputa o intención del Senado, le tocaría al comisionado Javier Juárez tener la presidencia interina o incluso ser nombrado”.
Por su parte, Elena Estavillo Flores, directora general de Centro-i, (comisionada del IFT 2013-2019) expresa su preocupación por las consecuencias legales prácticas que tendrá la existencia de un Pleno que no podrá tomar decisiones con sólo cuatro comisionados.
“Hay facultades legales que será imposible tomar porque requieren un mínimo de cinco votos en el mismo sentido. Incluso en este momento con cinco, ya hay un debilitamiento porque cuando se habla de un mínimo de cinco votos, son votos en el mismo sentido, no basta con que haya cinco comisionados para asegurar ciertas decisiones”.
De hecho, en septiembre pasado el Consejo Consultivo del IFT recomendó que antes de que el comisionado Adolfo Cuevas Teja concluya su encargo el 28 de febrero, el órgano colegiado realice las modificaciones que se estimen pertinentes al artículo 7 del Estatuto Orgánico del instituto, para asegurar que el Pleno pueda adoptar decisiones válidas en aquellos asuntos que la ley no prevea un quórum calificado.
Y es que de acuerdo con la Ley Federal de Competencia Económica y la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, se requiere el voto afirmativo de cinco comisionados en diversos temas como ordenar medidas para eliminar barreras a la competencia y la libre concurrencia.
Así como determinar la existencia y regular el acceso a insumos esenciales y ordenar la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones de los agentes económicos en las proporciones necesarias para eliminar efectos anticompetitivos.
Otros de los asuntos en los que se requiere el voto afirmativo de cinco comisionados, es en la publicación de disposiciones regulatorias sobre imposición de sanciones, prácticas monopólicas, determinación de poder sustancial para uno o varios agentes económicos, determinación de mercados relevantes, barreras a la competencia y la libre concurrencia, insumos esenciales y desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones de los agentes económicos.
“Entiendo que el IFT no ha presentado una controversia constitucional como lo hizo Cofece, que más allá de la incertidumbre y de los elementos externos a los que está sometida, tiene facultades que no puede ejercer, eso indica que no está en pleno uso de sus facultades constitucionales”, refiere Fernando Borjón Figueroa, comisionado del IFT en el periodo 2013-2016.
En este contexto es que una de las primeras tareas que el próximo presidente interino del IFT deberá realizar es justamente buscar que el presidente de la República cumpla con su obligación constitucional proponiendo a las candidatas para comisionadas.
“Yo esperaría que el día uno, el comisionado Juárez presente una controversia constitucional en contra del presidente de la República por la falta de nombramientos, lo que genera falta de ejercicio de facultades en materia de competencia. Eso sería lo primero que tiene que hacer esa presidencia”.
Mientras los hechos que un día formarán parte de la historia de un país se siguen entretejiendo, desde este espacio seguiremos analizándolos con la certeza de que las instituciones, como las personas, están hechas de luces y sombras.
Este texto forma parte del especial El IFT, a luz y sombra:
La presidencia que se va.(Parte 1).
El cisma. (Parte 2) .
Un juego (dis) parejo. (Parte 3).
C$T-GM