Desaparecen en 2014, 30 mil y cancelan 56 mil empleos; «y todo parece indicar que esto es una tendencia»
La caída en las ventas, el desplazamiento que ha causado el cambio del nuevo régimen fiscal y el tema de la inseguridad, son parte de los múltiples problemas que amenazan la supervivencia de las tiendas de abarrotes y misceláneas que operan en el país.
«Estudios recientes destacan la desaparición 30 mil establecimientos y 56 mil plazas de trabajo, pero lo preocupante no son los datos, sino que la desaparición de tiendas se está convirtiendo en una tendencia derivado de las diferentes problemáticas que enfrenta», aseguró Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
El dirigente precisó que en el país operan más de un millón de las denominadas «Tienditas», la ANPEC representa alrededor de 80 mil agremiados en la mayor parte del país, «alcanzar el 100 por ciento es muy difícil en un sector tan diseminado», pero en mayor o menor medida se observó que las ventas del sector disminuyeron 8.0 por ciento el año pasado.
La restricción de la publicidad en productos de contenido calórico y la imposición del nuevo Régimen de Incorporación Fiscal, lo único que provocó fue la proliferación de botanas, bebidas y panes chatarra, que incumplen todas las reglas sanitarias, no pagan un solo centavo al fisco y agrandan el ambulantaje, «y hoy la gente consume más contenidos calóricos sin ningún control higiénico o sanitario».
Cuauhtémoc Rivera, aseguró que con esquemas impositivos o de restricción publicitaria, «la gente no va a cambiar sus hábitos de consumo», en cambio las disposiciones fiscales que buscan eso objetivo perjudicaron al pequeño comercio establecido que salva la economía familiar por la creciente situación de desempleo registrada en México.
Al mayor gravamen impuesto a refrescos, botanas, y otros productos de consumo calórico, se suma la creciente inseguridad que priva en mayor o menor medida en la mayor parte de los Estados del país, donde las tienditas son víctimas de bandas organizadas que cobran derecho de piso, «la suma de toda esta problemática ha puesto a nuestro sector en un nivel de sobreviviencia».
Resulta «incomprensible» la imposición de reglas y restricciones al pequeño comercio que es un motor de la economía familiar, pues del millón de establecimientos 69 por ciento son jefes de familia de los cuales dependen en promedio tres personas, 87.4 por ciento vive exclusivamente de este negocio, que le brinda una utilidad promedio de 8 mil pesos mensual.
Las tiendas son una economía de emergencia, pues aunque se piense que en este sector solo laboran personas sin preparación académica, 54 por ciento cuentan con sólo secundaria, pero hay un 40 por ciento con preparatoria e incluso estudios universitarios que encontraron en esta actividad un alternativa al grave desempleo que enfrenta el país.
Admitió que en el gremio hay una resistencia por migrar a la operación electrónica porque más que una ayuda representa una forma de fiscalización, pero sobre todo porque gente lo que necesita es efectivo, para pagar el pan, con lo que sacan de la leche, y lo de la confitería para pagar las botanas, el eje de canal tradicional es el manejo del efectivo.
«En realidad la imposición de un nuevo régimen fiscal representa la forma de agarrar a los chiquitos para atrapar a los grandotes, es decir a los refresqueros, confiteros y productores de botanas, lacteos, etc.».
Hacia el futuro inmediato hay una absoluta desconfianza pues la economía no crece lo suficiente, la producción del petróleo está a la baja, el dólar inestable, factores todos que afectan el empleo y el precio de los productos y por ende el «consumo de nuestros clientes, al corto plazo no vemos esperanza».
«El tema son las ventas, que lo mismo afecta a los grandotes que a los chiquitos, sino hay ingreso adecuado las ventas seguirán deprimidas, Carlos Slim también lo ha dicho si el consumo interno está deprimido, no hay salida para el país, estamos en un momento crítico aunque se diga lo contrario, finalizó.
C$C EVP