Antes de realizar una Reforma Fiscal integral y que tenga como premisa el cobro de impuestos en forma mucho más progresiva, es decir, que los que más riqueza tienen, paguen más al Servicio de Administración Tributaria (SAT), es necesario eficientar el gasto público a nivel nacional, pero aún más importante transparentar los recursos que se ejercen en los estados, pues mucho de ello, termina desconociéndose cuál fue su paradero.
Al participar en el seminario Expansión Summit 2021 con el tema “La Reforma Fiscal Incluyente”, Rafael de la Fuente, Economista en Jefe de UBS para Latam, aseguró que el paquete fiscal que se entregará este miércoles 8 de septiembre al Congreso de la Unión no contempla una reforma fiscal «agresiva», porque prevalecerán más las razones políticas que los beneficios económicos que podrían lograrse para la población, por lo que es inaplazable establecer un «acuerdo social”.
De la Fuente puntualizó que el sistema fiscal mexicano ha permitido lograr estabilidad macroeconómica, pero no una mayor evolución de la economía, y la prueba está, en que antes de la pandemia los crecimientos fueron en promedio sólo de 2.0 por ciento en sexenios pasados, «aunque nunca hay un buen momento para una reforma fiscal» es importante mirar hacia ese horizonte.
“Ese pilar del sistema fiscal mexicano está en gran riesgo de resquebrajarse en los próximos años por la dinámica del gasto público principalmente en el tema de pensiones y situación demográfica que estamos viendo también en otros países por lo que es necesario un nuevo acuerdo social, el cual tiene que ir de la mano de una reforma tributaria”, sentenció el especialista.
Héctor Villarreal, director Ejecutivo del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió que si no se hace nada en lo que resta del sexenio para alcanzar un pacto social en materia tributaria, con perspectiva intergeneracional, se dejará una bomba de tiempo para la próxima presidenta o presidente, por el problema creciente que implica el sistema de pensiones.
«Estamos muy cerca de enfrentar una situación muy delicada», pues este 2021 el gasto en pensiones representará 5.1 por ciento como proporción del PIB. Pareciera que la deuda financiera del país es manejable, aunque cuando se analiza su relación con el nivel de recaudación parece que no lo es tanto, y sobre todo cuando se advierten algunos pasivos como el de salud y más critico el laboral.
Cuando se suman este tipo de pasivos se advierte que hay una
deuda enorme,
pues el gasto federal en pensiones para 2024 se estima que representará
6.5 por ciento del PIB esto aunado a un servicio de deuda que será equivalente al 3.5 por ciento del PIB, lo que sumado representará 10 puntos del PIB ¿qué vamos a hacer frente a esta deuda?
“Si no fortalecemos nuestro sistema fiscal vamos a ver ausencia de estado en muchos aspectos, tenemos un sistema de salud pública muy maltrecho, le hace falta al país mucha infraestructura, está todo el problema del Sureste mexicano con grandes carencias y necesidades. Queremos gastar más en el problema de seguridad pública, de ahí la relevancia del pacto social porque si no lo hacemos el riesgo-país se nos va a disparar por todos lados”, advirtió el experto.
Por su parte Sofía Ramírez, directora General de México “Cómo Vamos?, destacó la recaudación estatal ineficiente que representa alrededor del 1.0 por ciento como proporción del PIB, lo que representa un problema «mayúsculo», pues esto genera una gran dependencia de la captación fiscal que realiza el gobierno federal.
«Jalisco por cada 100 pesos que se recaudan, 91 le llegan por parte de la Federación; en Nuevo León, 67 pesos; en Colima 71 pesos; incluso en los estados que más recaudación hay, no alcanzan a tener una autosuficiencia fiscal, lo que es un grave problema,» explicó la especialista.
Consideró que la baja recaudación resulta por un lado por la alta informalidad que hay en las economías locales, así como por la disminución en la productividad que está relacionada con la menor inversión privada y pública que se ha ejercido para reactivar la economía, así como los pocos recursos que se están canalizando al desarrollo del sector energético, particularmente en hidrocarburos, solo se está viendo en refinerías, cuando tendría que ser también en exploración y extracción.
Adicionalmente, destacó la importancia de canalizar una mayor inversión al sector educativo que permitirá formar una fuerza laboral más capacitada, más productiva. Necesitamos un Estado más fuerte que cumpla con las reglas del juego que tenga un sistema tributario eficaz, que aumente la base gravable para obtener los recursos necesarios para salud, educación y trabajo, eliminando la actitud paternalista que prevalece actualmente”, subrayó la directiva.
Un tema no menor, será resolver un modelo fiscal más redistributivo que elimine la «desigualdad brutal que prevalece», generar mayor movilidad social, reorganizar el ingreso y el gasto fiscal, «no hacerlo nomas para que alcance para el próximo año», sino ampliar la base gravable y transparentar el gasto que realizan los estados y municipios.
La Hacienda Pública «todavía nos queda a deber la transparencia del manejo de recursos» pues prevalece una gran opacidad sobre lo que se gasta y lo que se recauda no hay «mucha claridad» ni en la cantidad, ni calidad de información que se ofrece. En materia de inversión a nivel local es inexistente, no hay datos confiables.
C$T-EVP