Oaxaca y Chiapas en los últimos lugares de conectividad.
En el periodo 2015-2020 el número de usuarios de internet en el país creció 21.7 millones, cifra que muestra avances indiscutibles, pero que al mismo tiempo hace visible mucho del rezago importante que prevalece en el ámbito rural (donde sólo se integraron 3 millones en el último lustro), y particularmente en el sureste del país, que es y parece estar condenado a seguir siendo la zona del país con la mayor acumulación de brechas, educativas, sanitarias y ahora digitales.
Desde 2015 hablar de los avances ha sido un poco la tónica oficial, pero para bienestar de la economía nacional sería pertinente puntualizar y resaltar cuáles son los rezagos evidentes en el uso de la tecnología y las habilidades digitales, y sobre todo destacar por qué en el ámbito rural y particularmente en el sureste del país no se logra superar brechas ancestrales y por el contrario se le suman otras.
De manera consistente, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) ha mostrado una fotografía que muestra lo que parecen ser dos Méxicos; la edición 2020 de este ejercicio censal no es la excepción: Mientras el 78.3 por ciento de la población urbana es usuaria de internet, en las zonas rurales sólo 50.4 por ciento de los habitantes usan esta tecnología.
Para 2017, los porcentajes no distaban mucho de lo actual, pues mientras en el ámbito urbano 71.2 por ciento (61.3 millones de personas) de la población usaba internet, en la poblaciones rurales sólo 39.2 por ciento (10 millones de personas) tenían acceso.
La evolución de los últimos cuatro años no refleja un avance muy importante, pues solo se han logrado añadir 3.3 millones de usuarios que viven en las zonas alejadas de las grandes urbes, es decir, la brecha digital es de 28 puntos porcentuales.

Así la ENDUTIH 2020 destaca que mientras en Nuevo León y la Ciudad de México el 84.5 y 84.4 por ciento de su población, respectivamente, es usuaria de internet, en entidades como Oaxaca solo 55 por ciento de sus habitantes gozan de este servicio, siendo Chiapas el estado donde menos de la mitad de sus residentes usa el internet, es decir, sólo 45.9 por ciento, cifra con la que se coloca como la entidad con el nivel más bajo de conectividad en el país.
Michoacán (60.3 por ciento), Guerrero (60.3 por ciento) y Veracruz (58.9 por ciento), son otras de las entidades federativas del país, donde más de 40 por ciento de la población se encuentra desconectada con todas las limitaciones que ello representa en la actual era digital.
La recién presentada ENDUTIH 2020 señala que 60.6 por ciento (21.8 millones de hogares ) ya cuentan con este servicio de internet; sin embargo, mientras la Ciudad de México y Sonora tienen el 80.5 y 79.5 por ciento de hogares con cobertura, respectivamente; una vez, más Oaxaca y Chiapas se ubican en los últimos lugares con 40 y 27.3 por ciento de los hogares con uso de internet, en cada caso.
A nivel nacional, se destaca que el 75 por ciento de la población del país es usuaria de un teléfono celular, lo que significa que 25 por ciento de las personas en el país carecen de un dispositivo de este tipo, y mientras estados como Sonora las dos Baja Californias y Nuevo León superan el 80 por ciento, nuevamente un porcentaje importante de la población en Oaxaca y Chiapas (62.6 y 55.7 por ciento, en cada caso) carecen de acceso a este tipo de dispositivos.
En la ENDUTIH 2020 se detalla que mientras 91 por ciento de la población en el país ya utiliza un smartphone, aún poco más del 8.1 por ciento (la de menos recursos) continúa utilizando un future phone, un dispositivo que carece de funciones para acceder a servicios de internet y a todo el ecosistema digital.
Este aspecto es relevante pues al ser el smartphone el dispositivo “rey” para conectarse a internet, hay que destacar que en el país sólo 18.9 por ciento de los usuarios deciden tener un plan de postpago para tener conectividad en cualquier lugar y a la hora que lo requieran, mientras que 13.7 por ciento sólo se conecta mediante redes WiFi, y 67.4 por ciento lo hace en ambos esquemas.
El uso de computadoras en el país está limitado al 38 por ciento de la población, algo preocupante si se considera que la pandemia elevó las necesidades de conexión y uso de dispositivos para tener educación a distancia, trabajo remoto, así como para acceder a servicios como el comercio y la banca electrónica.
Sin menoscabo de los avances logrados, alcanzar 84.1 millones de internautas no merece echar las campanas al vuelo si vemos que aún hay 40 millones de personas que no tienen el privilegio de pertenecer al mundo conectado; es prioritario atender las carencias de la población rural del país donde tradicionalmente se reportan rezagos importantes en lo económico, la salud y en el ámbito educativo. Mantenerlos en el continuo olvido, ahora también digital, representa cerrarle la única oportunidad a las nuevas generaciones de superar su condición actual a través de la adopción tecnológica.
C$T-EVP