El acuerdo entre Fox Sports y el Monterrey por los derechos de transmisión 2018–2023 trajo un interesante experimento sobre deportes y medios: ¿qué sucedería si en una de las ciudades más importantes la principal televisora y “cablera” pierde el monopolio del futbol local?.
Desde hace por lo menos dos décadas, Televisa tenía los derechos de transmisión de los equipos de futbol de Nuevo León: el Club de Futbol Monterrey (los Rayados o “La Pandilla”) y el Club de Futbol Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (los Tigres).
Una jugada de Televisa era transmitir los partidos locales en pago por evento (PPE) en sus plataformas Sky e Izzi (antes Cablevisión) y no estaban disponibles por señal abierta en la zona metropolitana de Monterrey (ZMM), que concentra casi 90 por ciento de la población estatal.
El acuerdo Fox Sports–Monterrey rompió el monopolio de los derechos de transmisión y dejó en “fuera de lugar” prácticas comerciales que Televisa tenía aprovechando los derechos de transmisión.
A tarifas actuales de PPE de Sky, contratar por un año todos los juegos de local de uno de los equipos (torneos apertura y clausura) implicaría un gasto adicional anual de 7 mil 287 pesos para un suscriptor metropolitano.
Con el acuerdo de transmisión de Fox Sports, un aficionado Rayado ya no necesita abonar esa cantidad o suscribirse a Izzi o Sky si prefiere ver los partidos de local desde su casa. Es más, si es “cord cutter”, puede ver los partidos con la app de Fox Sports.
El contragolpe de Televisa: maquillar el PPE en Izzi con el canal “afizzionados”, por el que cobra 150 pesos mensuales a los suscriptores para ver los juegos de Tigres (también incluye una app), un gasto adicional de mil 800 pesos anuales.
La división de los derechos de transmisión de futbol produjo dos beneficios para las audiencias de la ZMM: erosionó el negocio de PPE en general y modificó la relación entre el futbol y el negocio de telecomunicaciones de Televisa.
Monterrey era una ciudad beisbolera, pero en algún punto de nuestra historia el futbol logró establecerse y crecer. De acuerdo con la encuestadora Consulta Mitofsky, solo 12.4 por ciento de los aficionados nacionales se identificaba como Rayado o Tigre en 2018, pero el valor de esos equipos en conjunto era de casi 375 millones de dólares, según la revista Forbes en 2018 (casi lo mismo que los tres equipos capitalinos juntos).
En Monterrey, el futbol local por señal abierta y la formación 4-2-4 desaparecieron hace muchos años. El monopolio de los derechos de transmisión de los equipos regios daba un pase a gol a Televisa para extraer más recursos de sus suscriptores, pero también del gobierno estatal y políticos en campaña.
Por ejemplo, en las elecciones de 2003, el entonces candidato priista a gobernador, José Natividad González Parás, pagó con recursos de campaña 750 mil pesos a Televisa para “abrir la señal” de los juegos de la semifinal Monterrey–Tigres (ganó La Pandilla) y el partido de ida de la final que resultó en un campeonato Rayado.
Luego, en diciembre de 2017, el gobernador Jaime Rodríguez Calderón, “el Bronco”, anunció el acuerdo para que Televisa abriera la señal del partido de vuelta de la “final regia” (la ganó Tigres). El gobierno y empresas privadas pagaron en conjunto 30 millones de pesos a la televisora, según la revista Proceso.
Pero como describen Simon Kuper y Stefan Szymanski en Soccernomics, una de las peores cosas que puede ocurrirle a una televisora es que un club de futbol comience a tener una idea de lo que puede valer.
En 2010, los Rayados y Televisa tuvieron diferencias sobre la renovación de su acuerdo, lo que pausó la transmisión de los juegos de local de La Pandilla por TV “tradicional”. El Monterrey optó por transmitirlos en Internet (antes que Chivas TV). Las transmisiones iniciaron con problemas técnicos, pero el esquema de streaming se mantuvo hasta la jornada 10 del Apertura 2010 (otro campeonato Rayado, por cierto). Televisa demandó al club y llegaron a un acuerdo para renovar los derechos de transmisión.
En 2018, se confirmó un trato récord para la Liga MX: el Monterrey sería transmitido por Fox Sports, empresa que pagaría 115 millones de dólares entre 2018 y 2023 por derechos de transmisión, una cifra más alta que la que paga Televisa a los equipos capitalinos por transmitirlos en México. Fox Sports también transmite los partidos del Monterrey en Estados Unidos (mantenga este último punto en mente).
El caso de Fox, Televisa y el futbol regiomontano no se expone como un hallazgo generalizable, sino como un escenario concreto que ha producido beneficios a las audiencias a través de la competencia.
Los derechos de transmisión del futbol siguen concentrados en la dupla Televisa y TV Azteca. Grupo Imagen transmite al Querétaro, pero ESPN y Fox Sports son los canales que han tratado de llevar más futbol nacional a su menú. Estos dos canales ahora estarán bajo una misma casa con la fusión Disney–Fox, aprobada por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) en 2019.
La fusión Disney–Fox no ocurre en un vacío y en México es importante que se empleen criterios utilizados en situaciones similares. Por ejemplo, con la aprobación con condiciones de AT&T-Time Warner, se impide que Televisa sea el intermediario entre los contenidos de la entidad fusionada y otros operadores (sus competidores).
Disney–Fox no son concesionarios de red, por lo que no existiría este intermediario por ahora.
Como parte de las medidas de preponderancia aplicadas a Televisa, se señaló la práctica de las “ventas atadas” de canales. Este criterio podría ser útil en una revisión por el IFT, sobre todo porque si Disney–Fox aplica estas prácticas, los competidores de Televisa también resultarían afectados.
Televisa ha tratado de posicionar en febrero de 2019 el tema Disney–Fox como un factor que encarecerá el futbol (que ya se transmiten principalmente por TV de paga). Lo curioso: no especifica si es un pronóstico o una amenaza, es decir, si Disney–Fox encarecerá el precio de su programación o si la empresa sacará estas señales de sus paquetes básicos para ofrecerlas en paquetes más caros.
La pregunta es si consideran que operadores de cable contemplan esa opción. El escenario es complicado porque podría resultar en un caso de colusión y es además un ejemplo del “dilema del prisionero”: aunque sería “racional” coordinarse en el largo plazo, la recompensa por desertar es atractiva en el corto plazo. En otras palabras, ¿cómo justificar ante el usuario una tarifa más alta a cambio de lo mismo?
Distribuidores y productores de contenido ahora buscan llegar directamente al cliente final con servicios de video por suscripción sobre Internet, alimentando la dinámica del “cord cutting” (dejar de contratar TV restringida “tradicional”).
La jugada parece telegrafiada: cabildear en contra de la fusión para retrasar el “cord cutting” o justificar una oferta comercial más cara y poco innovadora. Sin embargo, el catenaccio regulatorio de Televisa también conduce a Univisión y su relación con el futbol en Estados Unidos.
La Liga MX atrae en Estados Unidos mayores audiencias que la liga doméstica (MLS) y las europeas. Además, el interés por el futbol soccer va en aumento, de acuerdo con Soccernomics. La mayor integración del futbol en América del Norte puede impactar otro negocio de Televisa que ha estado ausente en las editoriales de la última semana: Univisión.
No es coincidencia que se intente posicionar el tema del futbol de la Liga MX en la fusión Disney–Fox, pues la llegada de más equipos mexicanos a las pantallas de Fox o ESPN implica tener una mejor posición en el futbol de América del Norte, región que próximamente será sede de otro gran negocio: un mundial de futbol.
C$T-EVP