El Metro de la Ciudad de México un día se disfrazó de primer mundo.
El 9 de marzo de 2017 el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, firmó como testigo de honor un convenio de colaboración con la estadounidense AT&T para dotar de conectividad gratuita al Sistema de Transporte Colectivo Metro en todas sus líneas.
Una excelente noticia para los más de 5.5 millones de usuarios del Metro, que podrían conectarse a internet de manera gratuita.
Fue como un sueño, pues el propio gobierno de la Ciudad de México comparó el nuevo servicio con el que se ofrecía, igualmente gratuito, en ciudades cosmopolitas como Tokio, París, Berlín, Moscú y Madrid.
Presumir tal cosa no era para menos, pues AT&T instalaría infraestructura de telecomunicaciones de gran magnitud.
Para empezar, desplegaría 500 kilómetros de fibra óptica y 500 de cable radiante, así como dos mil equipos de telecomunicaciones que darían servicio a 4 mil puntos de acceso en toda la red del Metro.
Se empezó en aquél entonces por la Línea 7 que es la que corre de Barranca del Muerto a El Rosario, una de las de mayor complejidad para instalar servicio de internet, pues quien ha viajado en ella es testigo de los 30 metros de profundidad desde la calle a los andenes.
“De Dallas vienen a invertir a la Ciudad de México mil 800 millones de pesos para el Metro de la Ciudad de México, con cero costo para los usuarios y para el gobierno”. “Con la inversión, la conectividad y el servicio que se va a prestar en todas las líneas, será el primer Metro en México que tenga WiFi”, dijo orgulloso Miguel Ángel Mancera.
Claro que eran excelentes noticias pues con una red de ese tamaño no sólo se esperaba que los usuarios se conectarán a internet para leer las noticias, ver videos o comunicarse con amigos y familiares, sino suponía una mejora en el servicio pues era la base para tener beneficios como el de un Metro “Smart”.
¿Se imagina usted que pudimos tener alertas en una app sobre a cuántos minutos se encontraba el siguiente tren, o cuál hubiera sido la ruta y hora más rápida para tomar el Metro?
¿Qué tal hubiera sido pagar el viaje desde la misma app y recargarla en efectivo o con una transferencia electrónica?
Nada de eso pasó. En cambio, la realidad nos golpeó fuerte a todos los habitantes de la Ciudad de México, a los usuarios del Metro, y por supuesto a las víctimas en tan lamentable hecho, que como ya se ha dicho pudo prevenirse.
El Metro de la Ciudad de México se disfrazó (con sombrero ajeno) de primer mundo, porque tener una red de banda ancha y todos los servicios que ello conlleva resulta algo superficial cuando las necesidades básicas, como lo es la seguridad de la infraestructura propia del Sistema de Transporte Colectivo, no pueden garantizarse.
Que en paz descansen las víctimas mortales, pronta recuperación a quienes lograron sobrevivir, y mucha paz para los familiares y amigos.
C$T-GM