Compartir el día a día a través de fotografías en las redes sociales es una práctica tan normalizada que rara vez nos detenemos a reflexionar sobre si estamos cayendo en algún tipo de exceso, más aún cuando se involucra la imagen e identidad de niñas y niños. ¿Sabes qué es el sharenting?
El término, que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad), se usa para explicar la sobreexposición: documentar y compartir de manera constante y abusiva la evolución de las niñas y niños al subir imágenes cada dos o tres días de forma continua. Como resultado de ello, las nuevas generaciones están teniendo una infancia muy pública, sin ni siquiera saberlo.
Es claro que la aprobación social y la recompensa emocional que genera recibir un “me encanta” ha logrado encantar a muchas mamás y papás, quienes disfrutan que las personas estén al tanto de todo lo que sucede con sus hijos y para ello se encargan de hacerlo público en cada foto y anécdota subida a las redes sociales.
A menudo, padres, madres e incluso cuidadores como abuelas y abuelos, revelan los nombres, edad y la fecha de nacimiento de los menores, su dirección, el nombre de su escuela o el de su mascota.
Sin embargo, eso que parece tan tierno e inocente, puede tener implicaciones muy serias para las infancias, tanto en el corto como a largo plazo, pues la información e imágenes que se comparten, pueden ser usadas para hackear contraseñas o para suplantar la identidad en un futuro cuando las niñas y niños pasan a ser adultos.
Pero también son datos muy útiles para quienes se dedican a realizar estafas de compras online, préstamos fraudulentos y transacciones con tarjetas de crédito. Más aún, las fotografías pueden llegar a perfiles pedófilos que las usan para fines tan detestables como la pornografía infantil.
Hasta aquí, ¿crees que un “me gusta” a la fotografía de tus hijas e hijos, vale el riesgo?
Y es que una foto expuesta también puede ser un factor de bullying. Como la mayoría de las veces no se le pide permiso al niño, porque suele ser muy pequeño o el padre o madre no es consciente, se vulnera ese derecho a la intimidad.
Eso afecta a los infantes pues se sienten avergonzados, tristes, ansiosos y preocupados por lo que comparten sus padres sobre ellos pues hoy las niñas y niños ocupan las redes sociales y una sobreexposición puede provocar bullying por parte de sus compañeros escolares.
Aunque es muy inusual, el mayor riesgo del sharenting es que uno de los posts compartidos en redes sociales se vuelva viral, de este modo sería casi imposible eliminar el contenido de Internet, además de estar libre para emitir cualquier tipo de comentarios, incluidos los ofensivos que pueden causar un fuerte daño emocional.
Además, demasiada información sobre las personas menores de edad puede permitir a extraños acercarse y tomar confianza, fingiendo que los conocen. Esto puede facilitar prácticas de riesgo como el grooming.
Evidentemente, ningún padre o madre sube imágenes de sus hijos con mala intención, sin embargo, es una realidad que hay demasiada desinformación sobre los riesgos que estas acciones generan en los menores, por ese motivo, es importante tomar conciencia al respecto ya que somos responsables de la seguridad física y psicológica de los niños.
Algunas medidas de prevención que pueden comenzar a ejecutar padres y madres de familia son comprobar los ajustes de privacidad y asegurarse de que saben qué datos están haciendo públicos sobre sus hijos e hijas.
Pensar antes de publicar y revisar regularmente las cuentas en las redes sociales para evitar que la información caiga en manos equivocadas. Tanto Facebook como Instagram cuentan con opciones para limitar lo que ven los contactos.
También es recomendable desactivar las funciones de ubicación y geolocalización al momento de compartir las imágenes y no dar demasiada información sobre la vida privada del pequeño, sobre todo si no se tiene seguridad sobre quién puede ver esos datos. Otra opción es no mostrar su cara para proteger así su identidad.
Compartir sobre los diferentes avances y logros de los seres queridos es parte de la vida socio digital y además puede ser el punto de contacto con quienes hace tiempo no vemos, pero no debemos perder de vista que en el mundo digital, como en el analógico, es mejor prevenir que lamentar.
C$T-GM