En países de ingresos bajos y mediano-bajos en los que la brecha digital de género suele ser mayor, se ha perdido un billón de dólares del PIB como resultado de la exclusión de las mujeres del mundo digital, cantidad que supera el monto correspondiente a 2020, cuando se superaron los 126 mil millones de dólares.
“Este golpe económico equivale a miles de millones en impuestos perdidos que podrían invertirse para mejorar la educación, la salud y la vivienda”, subraya el estudio Consecuencias económicas de la brecha de género digital.
El documento elaborado por la Alianza por un Internet Asequible (A4AI, por sus siglas en inglés) sostiene que esta pérdida de productividad se traduce en una pérdida de 24 mil millones en ingresos fiscales al año para estos gobiernos, según las proporciones actuales de impuestos y PIB.
“Como cientos de millones de mujeres no pueden usar Internet, el mundo se está perdiendo las incalculables contribuciones sociales, culturales y económicas que podrían hacer si pudieran aprovechar las ventajas de Internet”, abunda.
No obstante, recalca que cerrar la brecha digital de género en estos países generaría un aumento estimado de 524 mil millones de dólares en la actividad económica para 2025.
A decir del informe, las mujeres sufren una omisión desproporcionada, toda vez que los hombres tienen 21 por ciento más probabilidades de utilizar Internet que las mujeres a escala global, cifra que alcanza 52 por ciento en países menos desarrollados.
El documento refiere varias barreras que impiden que las mujeres y las niñas accedan a Internet y participen en línea: dispositivos y tarifas de datos poco asequibles, las desigualdades en la educación y las habilidades digitales; las normas sociales que disuaden a las mujeres y las niñas de utilizar Internet, además del temor relativo a la privacidad, la seguridad y la protección.
“Los gobiernos no adoptan las políticas que necesitan para cerrar la brecha de género digital. De todas las políticas que recoge la A4AI, en su Índice de impulsores de asequibilidad, el género recibe de forma consistente las puntuaciones más bajas”, advierte.
Refiere también que en su Informe de asequibilidad de 2020, más del 40 por ciento de los países estudiados no tenían políticas o programas significativos para ampliar el acceso de las mujeres a Internet.
La investigación de A4AI abarca las brechas de género en 32 países de ingresos bajos y mediano-bajos (PIBMB) y más del 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) colectivo de todos para combinarlos con modelos existentes de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que calculan el efecto económico del aumento de la penetración de banda ancha fija y móvil.
La infraestructura REACT, desarrollada por la Fundación Web, define cinco pilares centrales que dan a los legisladores un medio para desarrollar de forma integral políticas que promuevan la inclusión de las mujeres en la tecnología a través de: Derechos, Educación, Acceso, Contenido y Objetivos (“Rights, Education, Access, Content and Targets”).
Una estrategia de banda ancha eficaz debe incluir políticas que garanticen los derechos de las mujeres y las niñas, dar habilidades y formación para todos, hacer que el acceso a Internet esté disponible y sea asequible, promover contenido local relevante e incluir metas políticas claras para generar responsabilidad en el proceso legislativo.
“Una economía digital sin la plena participación de las mujeres no tiene capacidad de ampliación para alcanzar su potencial. La inclusión digital no solo es una buena política, es una buena economía”.
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