Ante la transformación digital acelerada y la llegada de tecnologías como 5G, las emprendedoras y emprendedores se enfrentarán a nuevas presiones que si bien no trastocan las bases de esta actividad, marcarán una diferencia en la forma de crecer los proyectos, que además de habilidades digitales exigirá el manejo de softskills (habilidades blandas) para la gestión de las emociones.
La alfabetización financiera y el acceso a financiamiento son dos de los retos persistentes del emprendimiento en México, un mercado con más de 84 millones de usuarios de internet, 123 millones de smartphones y la oportunidad de nuevos modelos de negocio que traerá la tecnología móvil de quinta generación.
El pasado 16 de abril, fue celebrado el Día Mundial del Emprendimiento, dedicado a las personas que han optado por este camino más disruptivo y transformador que romántico; para algunos el paraíso de la resiliencia y para otros, como Stephanie Lewis, es como comprar un cachito de la Lotería o pararse al borde de un abismo.
Entrevistada por ConsumoTIC, la confundadora de Opinión 51 que junto con Pamela Cerdeira, dirige una plataforma digital lanzada en septiembre del 2021 con contenido periodístico escrito por mujeres, consideró que el miedo irracional que despierta el emprendimiento puede hacer dudar de las propias capacidades y llevar a una búsqueda constante de aprobación externa que resulta a veces no muy conveniente.
“Los medios te pueden elevar tanto que puedes llegar a perder el piso, pero cuando no tienes esa gasolina exterior empiezas a dudar; en cambio, cuando interiorizas el proyecto, aunque parezca la idea más irracional pero te hace sentido y sigues, entonces se da la magia, la acción cura el miedo”.
Propósito, humildad e inteligencia emocional
No sólo la resiliencia sino también tener un propósito es lo que hace feliz a quien emprende y donde radica el verdadero espíritu emprendedor, aseguró la comunicadora y consultora, para quien contar con disciplina, autocontrol y humildad para escuchar son habilidades que suman a todo proyecto.
“Lo que hace grande a un emprendedor también es el temperamento, las emociones; la inteligencia emocional es fundamental en un negocio, en una empresa, en un en un liderazgo… Hay que tener estómago para enfrentar los problemas… El emprendedor hace demasiado con los aprendizajes, abraza los fracasos, no se doblega ante el mal tiempo”.
La digitalización, reconoció Lewis, tiene herramientas de las que se puede echar mano, pero lo importante es definir qué se quiere emprender y pensar en la escalabilidad, pues se ha romantizado tanto el emprendimiento que llega a pensarse que es sencillo mantenerlo, ganar tiempo y dinero rápidamente.
Si bien se puede emprender en cualquier momento, reconoció que irónicamente durante las crisis nacen proyectos que permiten más oportunidades de innovar, de hacer las cosas de diferente manera, como sucedió con Opinión 51, un servicio digital por suscripción creado por mujeres que han sido excluidas de los medios tradicionales.
Redefiniendo el tianguis desde una plataforma digital
Un emprendimiento distinto, con impacto social-financiero, colocó los productos perecederos de las marchantas de los mercados públicos en un marketplace: Tianguis-MX, fundado por la economista Adina Chelminsky, para quien la digitalización y el uso de plataformas no es un desafío para este grupo de comerciantes.
“El problema en los mercados públicos no es la digitalización, porque en cuestión de redes sociales y de WhatsApps están completamente digitalizados. México es el segundo país en donde hay más cuentas de Facebook. El tema es la digitalización del negocio, de empezar a encontrar nuevos canales de venta que les permitan un acceso a un mercado más amplio”.
No obstante, reconoció que en México sí se dificulta abrir negocios, en especial en cuanto al tema administrativo y logístico, la ausencia de créditos y de programas públicos que apoyen a los emprendedores, sobre todo a las mujeres, quienes además se enfrentan a otras limitantes como falta de apoyo familiar y de sus parejas.
Y aunque para Adina Chelminsky, cuya experiencia ha sido una combinación de aprendizaje, humildad y autoconfianza, las capacidades que se puedan obtener a través de la enseñanza, en incubadoras de negocio o talleres, la realidad da la perspectiva que se debe afrontar.
“La capacitación se va dando sobre la marcha, pero se necesita conocer el negocio, conocer un poco de finanzas, tener una idea clara de lo se puede hacer … emprender se aprende emprendiendo… Está permitido tener grandes sueños, pero hay que vivir anclados a la realidad”.
Así, la pandemia ha fortalecido con su respectiva dosis de realidad a ambos proyectos, en un escenario que aguarda a la maduración de la economía digital donde se requieren políticas públicas que equilibren las oportunidades y apoyen a los sectores más necesitados para su integración a este nuevo modelo productivo.
En México, en el 2017, el Congreso de la Unión declaró el 3 de octubre de cada año como “Día Nacional del Emprendedor”.
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