Dinamarca, Finlandia y Corea del Sur encabezan la lista de países con la mayor cantidad de servicios de gobierno digital, pero la realidad es que el camino hacia la inclusión, especialmente en África y los países menos desarrollados, sigue lleno de obstáculos además del riesgo latente de que se amplíen las brechas sin la adopción de medidas por parte de los gobiernos, indica el reporte “El futuro del Gobierno Digital”, publicado por las Naciones Unidas.
“La evaluación de 2022 muestra que las brechas digitales persisten y pueden ampliarse sin la adopción de medidas sistemáticas y específicas para ayudar a los países de bajos y medianos ingresos y a los países en situaciones especiales”, reveló la Encuesta de Gobierno Electrónico de las Naciones Unidas de 2022 “El futuro del Gobierno Digital”.
Elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, el reporte detalla que el valor medio mundial del E-Government Development Index (EGDI) ha aumentado ligeramente al pasar de 0.5988 puntos en el 2020 a 0.6102 en el 2022, en gran parte debido a los progresos realizados en el fortalecimiento de las infraestructuras de telecomunicaciones.
A nivel global, Europa sigue como líder en el desarrollo de la administración electrónica, seguida de Asia, América, Oceanía y África; Europa ofrece el mayor número medio de servicios, con 19; luego de Asia, 17; América, 16; Oceanía y África 12, respectivamente.
El documento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el que se analiza qué tan preparados están los países para brindar servicios de gobierno electrónico, destaca que más de dos tercios de los países europeos tienen al menos 19 servicios en línea, la mitad de los países ofrecen los 22 servicios evaluados y un tercio de los países ofrecen entre 14 y 18 servicios.
“Casi 80 por ciento de los países de Asia ofrece más de la media mundial de 16 servicios en línea, y el 15 por ciento ofrece los 22 servicios evaluados en la encuesta. Sin embargo, alrededor del 15 por ciento de los países de Asia sólo ofrecen de 1 a 9 servicios en línea”.
En América, el 63 por ciento de los países ofrecen más de 16 servicios, aunque Estados Unidos es el único de la región que brinda los 22 servicios evaluados este año. Sólo 6.0 por ciento de las naciones ce este continente tiene de 1 a 9 servicios; Cuba siete y Haití cuenta con dos servicios en línea.
Estados Unidos ocupa el lugar más alto entre los países de este continente con los valores más altos de EGDI, seguido de Canadá, Uruguay, Chile y Argentina; luego Brasil, Costa Rica y Perú. En 2022, Perú pasó por primera vez del grupo EGDI alto al muy alto.
México bien posicionado, pero le falta enfoque político, inversión y capital humano.
En la región los cuatro países destacados son: México, Granada, Bahamas y Colombia, que se encuentran bien posicionados para acelerar el desarrollo del gobierno electrónico, aunque se considera que podrían modificar sus enfoques políticos y sus inversiones para lograr un impulso suficiente.
“México y Colombia ya tienen valores muy altos del Índice de Servicios Online y en el de Infraestructura de Telecomunicaciones, pero sus bajos valores del Índice de Capital Humano apuntan a la necesidad de aumentar la inversión en el desarrollo de capital humano”.
Entre las conclusiones del reporte se destaca que los gobiernos de todo el mundo necesitan contar con un plan nacional de transformación digital a largo plazo, respaldado por un marco, para garantizar que puedan satisfacer las necesidades de la ciudadanía en su conjunto y no dejar a nadie atrás.
“Ha habido una tendencia constante al alza en la aplicación del gobierno digital para la prestación de servicios públicos, pero no está claro si todos los Estados miembros de las Naciones Unidas han prestado suficiente atención suficiente a la institucionalización de la transformación digital y al establecimiento de la infraestructura necesaria para un gobierno sin fisuras”.
Por otro lado, también se subraya que los gobiernos deben estar preparados para hacer frente a los problemas que puedan surgir en relación con los datos poco fiables, las lagunas de datos existentes, la seguridad de los datos, la privacidad y la ética personales, así como el fraude y la delincuencia relacionados con los datos.
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