Aunque en América Latina y el Caribe más del 70 por ciento de los países tiene una estrategia de gobierno digital, es momento de pasar de esfuerzos aislados a una aproximación integral y de aterrizar los planes al ámbito práctico.
“Esta aproximación integral -la transformación digital del país- depende en gran medida de las acciones del gobierno central, pues ningún otro actor puede establecer un marco normativo, crear estándares, proveer servicios comunes, y convocar a todos los segmentos de la sociedad y a todos los niveles de gobierno”, señala el BID.
En el documento “Guía de transformación digital del gobierno”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) puntualiza que tanto la ciudadanía como las economías demandan y requieren un apalancamiento transversal de la tecnología e internet para traer más eficiencia, certeza y transparencia a las interacciones, y a las transacciones, tanto públicas como privadas.
“Al mismo tiempo, los gobiernos de la región también lo necesitan para responder a las presiones de austeridad fiscal y la marcada brecha de expectativas que sufren de cara a los ciudadanos”.
El BID explica que la transformación digital del gobierno es el cambio de cultura corporativa, modelo organizativo, métodos y procesos que aprovecha las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para que las instituciones públicas atiendan las necesidades de los ciudadanos y empresas de forma eficiente, transparente y segura.
Para alcanzarla, es fundamental tomar acciones en cinco ejes clave: gobernanza e institucionalidad, marco normativo, talento digital y gestión del cambio, infraestructura y tecnología, y nuevos procesos y servicios digitales.
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