En materia de telecomunicaciones la agenda pendiente se ha engrosado con nuevos temas, entre los que destaca el déficit de recursos humanos calificados, el cierre de la brecha digital, pero ya no con la dotación sólo de dispositivos y conectividad, sino a través de habilidades digitales, y muy ligado a lo anterior, la creciente ciberseguridad, donde mecanismos como el Renaut y el REPEP han mostrado que pueden ser espada con muchos filos y no necesariamente a favor de los ciudadanos.
En León Guanajuato, se desarrolló la Convención Nacional 2023 de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), en la que expertos como Enrique Yamuni, presidente Nacional de esta representación industrial; Javier Juárez Mojica, presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); Eduardo Ruiz Vega, director general de Total Play y Gabriel Contreras, consejero jurídico de AT&T México, entre otros, hicieron referencia a temas como el de la educación moderna, al déficit de recursos humanos capacitados y a la ciberseguridad.
Lo cierto que es una parte importante de la conferencias y paneles se centraron en la agenda ya muy pendiente, como es el caso de la concentración de ingresos y la eficiencia o no en la aplicación de las medidas asimétricas en el sector de las comunicaciones móviles y del que Juárez Mojica anunció que la regulación requiere de “ajustes finos”, con la observación de que, si bien entre 2017 y 2021 hubo una reconcentración de los ingresos en América Móvil, en el 2022 esa tendencia se revirtió.
La industria en general sostiene la necesidad de modificar la visión recaudatoria del gobierno, revisar y ajustar el costo del espectro radioeléctrico. Llama la atención que Contreras haya dado una cifra de 50 mil millones de pesos en pérdidas para las arcas gubernamentales por el alto costo de ese insumo esencial.
El caso de la pérdida de las comunicaciones en Acapulco, Guerrero, no pasó por alto la importancia del sector y los grandes esfuerzos que se deben realizar para el restablecimiento en casos de desastres como lo fue el huracán Otis, pero, sobre todo, el valor de la comunicación.
Además de la importancia de las reglamentaciones locales que impiden el despliegue de infraestructura, se reconocen importantes avances que han beneficiado al usuario de telecomunicaciones, como la reducción de tarifas, mejor calidad de los servicios y una mayor penetración de los servicios.
Sin embargo, quizá por el tema de nearshoring, de que Yamuni atinadamente observó que ha llegado por inercia más que por las condiciones que ofrece nuestro país, es que resalta el déficit de recursos humanos calificados para aprovechar una oportunidad que está de paso. Contreras también hizo la observación.
Aun cuando se reconoce que, en términos generales, en México existe un superávit de ingenieros; lo cierto es que, en caso puntual de las TICs, análisis de consultoras como Select, indican que el faltante de 1.3 millones de especialistas frena el crecimiento de estas ramas.
De acuerdo con Select, los modelos para calcular la oferta y demanda de especialistas TIC aplicados desde 2004 arrojaban un superávit de 278 mil egresados para el año 2025, pero cuando se evalúa el desempeño adecuado y el manejo del idioma inglés, ese excedente se convierte en un déficit de un millón 300 mil profesionales.
De acuerdo con CENEVAL, sólo 53 por ciento de los estudiantes graduados tienen un desempeño satisfactorio y 23 por ciento dominan el inglés. Durante las reuniones se destacó el ejemplo de una firma china que requiere 5 mil especialistas, y que no hay de dónde suministrarlos.
Por otro lado, Yamuni hizo el reconocimiento de que en la actualidad todo mundo habla de la inteligencia artificial, pero que no todos la entienden y sin ir muy lejos no podemos olvidar que, según el IFT, una parte importante de la población que aún no tiene acceso a las TICs, es por falta de habilidades digitales.
A la par de la necesidad de avanzar en el cierre de la brecha digital, para nadie es ajeno que la ciberseguridad va en aumento, y no solo son llamadas de extorsión, robo de identidad y suplantación de identidad en redes sociales. El robo de celulares tiene su mayor valor en la información que estos contienen.
No podemos olvidar que una vez que la mayoría de los usuarios no cambian su número, aquel Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (RENAUT) que solo sirvió como directorio telefónico con chapa de oro para la delincuencia, sigue vigente; que no hay confianza en Registro Público para Evitar Publicidad (REPEP) y que no hay ni el 10 por ciento de los usuarios registrados, de la misma forma que el Registro Público de Usuarios (REUS).
Hoy es un escándalo la forma como se ha aplicado el capítulo de la Ley Federal de Telecomunicaciones en materia de Colaboración de Seguridad y Justicia que supuestamente se aplicaría para ubicar, perseguir y detener a quienes utilizaran las telecomunicaciones para la comisión de delitos, como es secuestro, pero no para fines de espionaje.
No olvidemos la versión de que los reclusorios son convertidos en call centers desde los que operan tele delincuentes y ciberdelincuentes…
C$T-GM