Es una contradicción gravar a uno de los sectores que es un gran contribuyente fiscal: The CIU
La aplicación del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) de 3.0 por ciento ejercido en el sector de las Telecomunicaciones es un caso de evidente «inconstitucionalidad fiscal», además que al aplicar este gravamen, el gobierno incurre en una gran contradicción respecto del mandato establecido en la reciente reforma que regula el sector.
«El mandato constitucional es llevar conectividad fija y móvil a todos los ciudadanos por ser un servicio básico para la población…la carta magna dice que el gobierno debe garantizar la cobertura a toda la población, pero por otro lado le impone un IEPS, coloquialmente denominado impuesto al lujo, ahí está la contradicción, ¿es básico o es de lujo?», cuestiona Ernesto Piedras, director general The CIU.
El discurso político entre las autoridades es considerar este tipo de servicios como básicos para la sociedad, pero en la práctica fiscal lo tasa como si fuera de lujo, ¿para qué tanto esfuerzo en establecer una Estrategia Digital, para qué la Red Pública Compartida?, si por otro lado impone un gravamen que frena el desarrollo del sector, dijo a Con$umoCuidado.
En opinión del experto, no se puede explicar que un impuesto que es utilizado para inhibir el consumo de tabaco, de refrescos y comida chatarra, todo ello nocivo para la salud, se le aplique a la industria de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), la cual ha sido reconocida como esencial para el crecimiento económico de México.
«Bajo esta óptica recaudatoria, lo único que se está propiciando es contener la utilización de estos servicios pues se trata de un gravamen que es transferido al consumidor final, pero que también afecta a un sector que es un importante contribuyente fiscal; las empresas orientadas al desarrollo de las TIC, representan una escalera impositiva que involucra pagos al IMSS, ISR, IVA, impuestos a la importación.
En el primer semestre de este año el Reporte de la Finanzas Públicas indica que la recaudación del IEPS sumó más de 180 mil millones de pesos, cifra 326 por ciento mayor a lo recaudado en igual lapso de 2014, y 103 mil millones de pesos más que lo que estaba programado captar en el periodo referido.
«Un crecimiento real anual de 23.4 por ciento de los ingresos no petroleros, compensó la reducción de los ingresos petroleros de 38.3 por ciento; destaca que los ingresos tributarios aumentaron 28.8 por ciento en términos reales respecto al periodo del año anterior», reportaron las autoridades hacendarías.
Al respecto el especialista en Telecomunicaciones, asegura que la Secretaría de Hacienda olvida que además de optimizar el gasto público y garantizar una mejor y mayor recaudación, tiene como tarea impulsar el crecimiento económico y el bienestar social, y lo único que está privilegiando es el cobro de impuestos, «hay una miopía y una desesperación recaudatoria» evidente.
Si el gobierno eliminara impuestos como el IEPS en el sector recaudaría más, porque se haría más accesible, «la evidencia está en el mercado, donde cuando hay nuevas promociones el consumo crece y con ello el círculo virtuoso de generar mayor aportación fiscal».
«Debe contemplarse que esta aportación fiscal será de largo plazo, pues se trata de un sector que aún no alcanza su verdadero potencial ni la penetración requerida, porque el cambio tecnológico nos invita a actualizar equipo, y sin duda es lo que propicia que Hacienda decida cobrar impuestos al que sí crece, como lo ha reconocido esta instancia».
La eliminación al menos temporal debería de proceder, el IEPS como está, «lastima a todos, al consumidor que no puede comprar, al industrial porque no puede colocar sus servicios y al fabricante porque no hay ventas, al final afecta a toda la cadena, pero aún más lamentable, el daño que genera en el desarrollo económico del país».
Ernesto Piedras confió en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, particularmente la subsecretaria de Comunicaciones, Mónica Aspe Bernal, destaque que los objetivos recaudatorios, hoy están en dirección contraria a los objetivos de atender a un sector vulnerable que requiere integrarse al desarrollo vertiginoso que presentan las TIC y su impacto en la economía nacional.
C$C-EVP