Contrario a lo que se asegura desde el mercado móvil, las llamadas big tech que son responsables de más del 50 por ciento del tráfico de internet a nivel global, sí están realizando inversiones para hacer frente a la creciente demanda de datos y las están enfocando en elementos clave como centros de datos, cables submarinos y servidores de contenidos.
“Los operadores móviles dicen que ellos invierten y las big tech no. Falso. De los costos totales de infraestructura, las big tech invierten en fibras submarinas, en data centers, servidores de contenidos, invierten en fibra para distribución porque la calidad depende de qué tan cerca esté tu servidor de contenidos”, sostuvo Fernando Borjón, asesor Senior de Access Partnership.
El especialista explicó que para realizar un análisis equilibrado de la polémica en torno a la narrativa de que las plataformas de internet son beneficiarias de la infraestructura que despliegan y mantienen las empresas de telecomunicaciones, sin incurrir en costos adicionales, es necesario observar las implicaciones que tendría la aplicación del denominado “fair share”.
Este término, traducido como “participación justa” o “cuota justa” busca garantizar equidad en las inversiones de infraestructura, sobre todo entre plataformas que dependen de redes robustas y de alta velocidad para ofrecer servicios streaming, redes sociales y de nube, como Netflix, Facebook y AWS.
Desde la perspectiva de Fernando Borjón, los planes de inversión a corto y largo plazo de las big tech se materializan en recursos cuantiosos destinados a la construcción, desarrollo y mantenimiento de cables submarinos, servidores y data centers.
“Estos elementos son los que están llevando los contenidos a la población, no es que no estén haciendo nada, es que los operadores móviles ven que tienen costos fijos altos y constantes, que les mantiene en un nivel que limita su beneficio, obviamente están buscando mejorar sus ingresos y sus ganancias, como lo tiene que hacer cualquier empresa”.
De hecho, datos de la consultora Omnia muestran que si bien a nivel mundial, 60 por ciento de las inversiones siguen siendo de los proveedores tradicionales de telecomunicaciones, 36 por ciento es invertido por las empresas de tecnología y 4.0 por ciento por operadores neutrales.
Ejemplo de ello es cómo derivado de la instalación de una nueva región de infraestructura en México a principios de 2025, Amazon Web Services (AWS) estima invertir más de 5 mil millones de dólares, es decir, alrededor de 85 mil millones de pesos durante los próximos 15 años en el proyecto llamado AWS (Central) Region.
“Que no se olvide que los costos mayores de las redes ya están hundidos, ya están en infraestructura, lo que se tiene que hacer es mantener, cambiar o reconfigurar para buscar mayor eficiencia, pero no es que se vayan a construir nuevas redes. Por ejemplo, una característica importante que se tiene desde 4G es que las tecnologías van siendo compatibles, es decir, no se construye de 0 a 100, si no de 80 a 100, para mejorar calidad”.
Lo cierto es que a nivel mundial y en regiones como América Latina, donde se estima que el consumo mensual de datos móviles por smartphone pasará de los 11 GB actuales a más de 40 GB para 2028, diversas voces manifiestan la necesidad de establecer un posible pago por parte de las plataformas que usan las redes de telecomunicaciones.
En noviembre de 2023, Arturo Robles, comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) enumeró algunas de las posturas que se han presentado a nivel global, como la que propone un modelo denominado “He who benefits pays”, “Quien se beneficia paga”.
En el 9º Foro Internacional sobre Retos de la Competencia en el Entorno Digital, el funcionario alertó que este esquema podría generar una barrera a la entrada a los nuevos participantes, por lo que es el gran debate entre reguladores y autoridades de competencia de todo el mundo.
Estados Unidos, por ejemplo, ha empujado un proyecto denominado Funding Affordable Internet with Reliable Contributions Act (FAIR), en el cual la autoridad requiere estudiar e informar sobre la viabilidad de financiar el fondo de servicio universal a través de contribuciones de las plataformas en línea.
Esto, dijo, es básicamente el establecer que también deban contribuir al fondo de servicio universal, al cual ya contribuyen los operadores de telecomunicaciones en ese país.
En México, el análisis se está abriendo en el contexto de regulación y de competencia económica, para valorar las posibles barreras o los impactos que tendría en el ecosistema digital un esquema como se plantea en otras partes del mundo.
En el marco de este debate, el comisionado refirió que existen tres temas controversiales: el monto necesario de inversión para mejorar esta capacidad y expandir las redes del futuro; el doble pago por el tráfico de datos que se genera si se aplica una tarifa para los proveedores, y la posibilidad de establecer el mejor mecanismo de contribución hacia los proveedores de contenidos.
Para Fernando Borjón, la aplicación de un cobro a modo de impuesto sería un despropósito y generaría más problemas de los que busca resolver, “cómo se trasladaría a los operadores para que construyan mejores redes. Como gobierno eso estaría fuera de lugar, pero al final, el usuario es el que terminaría pagando ese sobrecosto”.
Al invertir en servidores de contenido, en despliegue de fibra óptica cercana al usuario y en centros de datos, las big tech no se están cruzando de brazos, por lo que es falso que las únicas inversiones en infraestructura provengan de los operadores, “si se llegara a cobrar un impuesto o si se llegaran a elevar los costos para un tipo de servicio, al final del día el que pagaría los costos sería el usuario”.
C$T-GM