México aparece por segundo año consecutivo en el “Top 10” de los países en el mundo y en América Latina, con más incidencia de stalkerware, o espionaje de teléfonos celulares a través de la instalación de un programa malicioso sin que la víctima lo sepa. Más de la mitad de los mexicanos (53 por ciento), han sido víctimas o creen que han sido blanco de este tipo de acciones, que se consideran como un tipo de acoso.
En conferencia de prensa para presentar los resultados del estudio “El estado del stalkerware 2023” realizado por la empresa de seguridad digital Kaspersky, Judith Tapia, gerente de producto para el consumidor de Kaspersky México, advirtió que el país ocupó el lugar número 9 en incidencia de este delito a nivel global, después de la Federación Rusa, Brasil, India, irán, Turquía, Indonesia, Estados Unidos y Yemen, mientras que en décimo lugar aparece Alemania.
En América Latina, México ocupó el segundo lugar después de Brasil, seguido de Colombia, Perú, Argentina, Ecuador, Chile, Venezuela, Bolivia y Paraguay, tendencia que se mantiene por segundo año consecutivo, pues Kaspersky presenta este tipo de análisis cada año.
En el caso de México, 23 por ciento de los usuarios han sido afectados y de los cuales el 24 por ciento de las personas son mujeres e incluso se considera que ellas sufren mayores consecuencias de este tipo de actos, que por lo general son perpetrados por parte de personas cercanas como las parejas o exparejas. Sin embargo, también destaca que el 21 por ciento de los afectados son hombres.
Además, 10 por ciento de los consultados dijo que “alguna vez” ha instalado alguna aplicación o ha realizado alguna configuración en el dispositivo (teléfono) de su pareja y 8.0 por ciento admitió que presionó a su pareja para instalar una aplicación de espionaje en sus celulares.
Entre otros datos, Judith Tapia destacó que una de las preguntas del estudio dice: “¿Crees que está bien vigilar a tu pareja sin que lo sepa?”, a lo que 66 por ciento (conformado por hombres y mujeres), contestó que no, pero el 34 por ciento restante dijo que sí, con distintas justificaciones.
Entre ellas, temas de seguridad, sospecha de alguna infidelidad o porque se cree que la persona está involucrada en actividades criminales. Por el contrario, 20 por ciento de los mexicanos apoya la total transparencia en las relaciones y considera apropiado el control consensuado, si bien el 8.0 por ciento considera aceptable el control, siempre que exista un acuerdo específico y mutuo sobre el particular.
Pero una de cada cuatro personas (25 por ciento) se dijeron preocupadas de que su pareja llegue a violar su privacidad digital, al pedirle acceso total a su teléfono. Explicó que esta clase de invasiones suelen venir escondidas sobre todo en aplicaciones de tipo “control parental”, aunque evidentemente no lo dicen de manera explícita, pues se trata de “espías” que no revelan su naturaleza.
Incluso, es posible encontrarlas en las tiendas de aplicaciones normales y tan es así, que Kaspersky detectó 195 de ellas en 2023, con afectaciones que no se pueden cuantificar en dinero, aunque es un hecho que pueden causar daños económicos a las víctimas, además de los obvios daños reputacionales, en especial para las mujeres, cuando se exhiben por ejemplo fotografías o material íntimo.
Para identificar si se es víctima de alguna aplicación de este tipo, se deben observar algunos indicios: la batería del teléfono se acaba demasiado rápido (esto se debe a que las aplicaciones corren en la nube y en segundo plano, lo que consume mucha energía).
Otro indicio es que terceros conocen información que la víctima no compartió, como conversaciones privadas; además, aumenta considerablemente el uso de datos móviles, sin proporción con las actividades realizadas en el teléfono; o se escuchan ruidos sospechosos al hacer llamadas.
Para reducir riesgos, conviene usar contraseñas complejas; consultar regularmente las aplicaciones instaladas para eliminar las que no se usan; en el caso de dispositivos Android deshabilitar la opción de instalación de aplicaciones de terceros y no dejar el teléfono sin supervisión, porque normalmente es alguien cercano el que instala estas aplicaciones maliciosas, pero debe tener en sus manos el teléfono para hacerlo.
Respecto a las mujeres que sufren esta clase de acoso, la especialista recomendó que una vez detectado el hecho, las víctimas no se apresuren a desinstalar la aplicación, porque si se trata de un acosador, esto puede alertarlo y poner en riesgo la seguridad de la víctima, quien también debe conservar alguna evidencia para fines legales.
C$T-GM