En Brasil la recaudación se orienta al desarrollo del sector; en Colombia recurren a esquemas fiscales progresivos
El Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) de 3.0 por ciento «tiene un efecto negativo» sobre el consumo de los servicios de telecomunicaciones, pues reduce su demanda y lleva a los usuarios a disminuir el gasto destinado a este rubro, con lo cual hay un menor efecto sobre la economía en general, derivado de una caída en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
De acuerdo con un estudio de Mediatelecom, la aplicación del IEPS en telecomunicaciones es incompatible con lo establecido en la reforma constitucional reciente, que en su artículo 6o constitucional, párrafo III indica:
“Las telecomunicaciones son servicios públicos de interés general, por lo que el Estado garantizará que sean prestados en condiciones de competencia, calidad, pluralidad, cobertura universal, interconexión, convergencia, continuidad, acceso libre y sin injerencias arbitrarias.”
Según el estudio al retomarse el gravamen a los servicios de telecomunicaciones con 3.0 por ciento en 2010, y que exentó a la telefonía pública y rural bajo el argumento que su aplicación era progresiva ya que la mitad del gasto en telecomunicaciones lo realizaba 20 por ciento de los hogares más ricos, «el gobierno ignoró el acceso necesario para la clase media y que la recaudación caería principalmente en este sector».
El reporte también indica que al ser el IEPS un impuesto indirecto, el contribuyente (operadores) lo transfiere al consumidor final para no registrar el impacto económico del gravamen, con lo cual se daña la capacidad de acceso de los consumidores a los servicios de telecomunicaciones encareciéndolos de manera artificial.
«Aunque la banda ancha no se encuentra gravada actualmente por el IEPS, dentro de un contexto convergente de tecnologías, dicho impuesto influye en la contratación de paquetes y servicios adicionales como telefonía o la televisión restringida», aclara.
En Brasil, recurren a exenciones fiscales para apoyar la construcción de redes de banda ancha, esquema aprobado por las cámaras de Diputados y Senadores y sancionado por la presidenta Dilma Rousseff, pero en «México la recaudación del IEPS no beneficia, ni se traslada para el desarrollo del sector».
En Colombia, desde 2006 se ejerce un esquema más progresivo pues excluye del pago del IVA a las computadoras personales con valor menor a mil 100 dólares, medida que para 2007 propició que la venta de estos equipos se incrementaron 80 por ciento, a la par que los consumidores comenzaron a contratar servicios de Internet.
En México la contratación de servicios de telefonía fija, internet y televisión restringida se realiza bajo la oferta denominada doble o triple play, lo cual permite a los consumidores acceder a servicios o equipos a mejores precios. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), asegura que en promedio los usuarios de los países miembros generan ahorros de 27 por ciento al comprar servicios empaquetados.
Por su parte, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) indica que el acceso a servicios de banda ancha ahora es común contratarlos por paquete; en Estados Unidos más del 70 por ciento de los usuarios de banda ancha acceden a través del empaquetamiento doble play (38 por ciento); en Francia y Alemania la cifra es superior a 80 por ciento.
En conclusión, el análisis indica que el Estado recaudaría más impuestos si elimina el IEPS y fomentaría el acceso a las TIC, así como un mayor consumo de servicios de telecomunicaciones; la tendencia en la demanda es hacia la convergencia y a servicios empaquetados que traen ahorros considerables a los usuarios.
C$C-EVP