Imposible garantizar secrecía e integridad con el voto por internet.
Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han impactado en diversas esferas de la vida con indiscutibles beneficios y aunque el ejercicio de la democracia no es la excepción, la polémica en torno a alternativas como el voto por internet integra elementos de preocupación relacionados con la secrecía, seguridad y certeza en los resultados.
En el proceso electoral de este año, la cifra de mexicanos en el extranjero que se registraron para participar revela además de un mayor interés en ejercer ese derecho ciudadano, la disposición a utilizar una nueva herramienta digital, una manera de hacerlo, a través de internet.
Se probará por primera vez el Sistema de Voto Electrónico por Internet (SIVE) en el que se inscribieron 32 mil 303 mexicanos que viven en el extranjero, quienes podrán votar sólo 11 cargos de elección popular, precisó Judith Nieto Muñoz, asesora de la Presidencia del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE).
“No está mal para unas elecciones intermedias. El 54 por ciento son hombres y 67 por ciento -del total- eligieron votar por voto electrónico, y digo eligieron porque en este momento los mexicanos que viven en el extranjero tienen dos opciones para emitir su votación, y ellos seleccionaron la que preferían en el momento de su registro”.
En la mesa redonda virtual “Democracia y Tecnología”, la abogada, politóloga e internacionalista refirió que en las elecciones federales de 2012 las autoridades electorales enviaron alrededor de 40 mil paquetes postales y en 2018 aproximadamente 100 mil.
El ejercicio por internet, explicó, es una especie de mandato legal que está obligando al INE y al mismo Sistema electoral Mexicano a ir probando, y aunque se iniciaron los trabajos desde 2016 será este año cuando se ponga a prueba.
Aclaró sin embargo que las urnas electrónicas – 50 en Coahuila y 50 en Jalisco- permitirán la participación ciudadana de manera distinta, no requieren internet, sino que con esta opción se emite el voto en una papeleta, que es una especie de recibo físico sobre el sentido del voto del ciudadano.
Los mexicanos que residan en el extranjero sólo podrán votar por 11 cargos, según sea el caso: por gobernador de Baja California Sur, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas; por la diputación de representación proporcional de Jalisco o la diputación migrante de la Ciudad de México.
En el evento organizado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Arturo Espinosa Silis, director general de la consultora Strategia Electoral recalcó que la tecnología puede ayudar a reducir o a eliminar por completo los errores en los escrutinios y cómputos, y tiempos de entrega de resultados.
“A la gente le gusta saber el mismo día de la elección cuál es el resultado, qué es lo que pasó, quién ganó y justamente sirve un poco para evitar estas suspicacias de que hay una elección y se declaran cuatro personas ganadoras. Me parece que en el momento de la transferencia de los datos, en el momento de los resultados, de los cómputos, creo que puede ser bastante útil el uso de tecnología”.
Sin embargo, el abogado y consultor reconoció que lo que más preocupa del voto electrónico es que no haya secrecía y verificación, es decir, que el sistema garantice que no haya una identificación entre el elector y el voto; y la otra, que no haya certeza de que la votación que se dio es la misma que está reportando la máquina.
En ese sentido, consideró que el uso de la tecnología en las elecciones se tiene que probar “poco a poco”, analizando sus beneficios, adoptándola de manera paulatina, “sobre todo para garantizar la certeza, la seguridad, la confiabilidad y también para que la ciudadanía se vaya familiarizando”.
“Creo que tiene que pasar muchos muchos años para poder tener un sistema de depurado y sobre todo lo más importante que sea confiable, que la ciudadanía pueda estar tranquila y sepa que lo que ocurre en las urnas refleja los resultados”.
A su vez, el investigador Vladimir Chorny señaló que la naturaleza del voto por internet vuelve imposible garantizar a la vez la secrecía y la integridad y rompe el principio de tener elecciones basadas en evidencia para verificar el sentido de un voto y, en este sentido, los resultados se vuelven inverificables y dependientes del software.
Para garantizar la secrecía del voto, detalló, los sistemas de voto por internet separan la identidad del votante, del sentido del voto, eliminar la identidad y el sentido de los votos de los electores se va a una urna electrónica como ya no es posible vincularlos
La naturaleza de las elecciones es opuesta a lo que sucede en los sistemas bancarios; todas las operaciones de la banca por internet dejan un rastro, registran qué se hizo, quién lo hizo, a qué hora y qué día.
“Entonces, justo lo que funciona para los bancos en internet es una imposibilidad para las elecciones en internet”, lo que rompe la cadena de confianza y los recuentos se vuelven superfluos.
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