La salida masiva de talento humano, que por voluntad propia o por despido, se generó a partir de la llegada de Elon Musk a Twitter, es uno de los varios ingredientes que han ido alimentado el cóctel de acontecimientos caóticos en una de las redes sociales más poderosas del ecosistema digital.
Y es que desde que el empresario adquirió la plataforma por más de 44 mil millones de dólares, más de 4 mil 400 empleados externos, encargados principalmente de la moderación de contenidos, fueron despedidos.
“El drama alcanzó su siguiente clímax cuando Musk envió un ultimátum a sus empleados restantes para que se comprometieran con una cultura corporativa ‘extremadamente dura’, y los que no aceptaran serían despedidos con una indemnización de tres meses”, refiere Statista.
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Esto generó una sensación de desconcierto en Twitter, por lo que de acuerdo con estimaciones de periodistas, recolectadas por el sitio «Twitter is Going Great!», alrededor del 75 por ciento de los 3 mil 700 empleados restantes de Twitter han decidido renunciar.
“El Mundial de Fútbol suele traer un aumento de tráfico a la plataforma, por lo que no es seguro que, tras las renuncias y despidos masivos, el sitio pueda continuar funcionando de manera eficaz”.
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