Aunque tomar fotografías es un hábito que nunca pasará de moda, un cambio evidente es el dispositivo que se utiliza para capturar momentos trascendentes o de la vida cotidiana; tan es así que las cámaras fotográficas que hasta no hace mucho eran un objeto de deseo,, hoy prácticamente dejaron de existir en los hogares.
Según CIPA, una organización con sede en Japón que cuenta con miembros como OM Digital Solutions, Canon y Nikon, los envíos de cámaras a nivel mundial cayeron un 93 por ciento entre 2010 y 2022, anulando décadas de crecimiento, refiere Statista.
“El fuerte descenso se debe principalmente a la caída de los envíos de cámaras digitales con lentes integradas, el tipo de dispositivos que los fotógrafos ocasionales solían utilizar antes del auge de la fotografía con teléfonos inteligentes”.
Y es que, para la industria de las cámaras y equipos fotográficos, el auge de la fotografía con smartphones ha tenido efectos devastadores. En 2022, los miembros de la CIPA distribuyeron poco más de dos millones de cámaras con lentes integradas, frente a los casi 109 millones de 2010.
“Las fotos tomadas con los smartphones se acercan cada vez más a la calidad que antes estaba reservada a las cámaras con lentes intercambiables. En los últimos años, las cámaras de los teléfonos inteligentes en general -y no solo las de aquellos de gama alta- han mejorado mucho.
Tanto, que la mayoría de la gente ya no ve la necesidad de comprar o llevar consigo una cámara. Aunque los profesionales y los entusiastas de la fotografía probablemente obtendrán mejores resultados utilizando cámaras y objetivos de alta gama, los smartphones modernos hacen fotos que suelen cumplir con las exigencias del consumidor medio.
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