El creciente volumen de ataques de fraude y las sofisticadas amenazas que afectan tanto a consumidores como la reputación de las organizaciones impulsa la adopción de tecnologías como la Biometría del Comportamiento, la cual ayuda a reconocer usuarios digitales confiables y detectar operaciones sospechosas de fraude.
“La biometría del comportamiento es atractiva tanto desde la perspectiva de la prevención del fraude como de la experiencia del cliente… autentica a los usuarios de forma pasiva, en segundo plano, y no requiere una intervención activa por parte del cliente más allá de su uso normal de la aplicación o el sitio web”, explicó Jim Mortensen, asesor estratégico de Aite-Novarica Group.
De manera invisible verifica a los usuarios, al analizar la forma en que interactúan físicamente con un sitio web o una aplicación móvil. Cada usuario tiene patrones individuales al navegar por un sitio web o usar una aplicación, lo cual proporciona una base sólida para establecer confianza.
Se trata de una tecnología intuitiva, no intrusiva que ayuda a mejorar la capacidad de reconocer usuarios digitales confiables y detectar sospechas de fraude; con un reconocimiento de clientes más preciso permite que las organizaciones de múltiples industrias puedan operar de manera más efectiva y confiable.
“Las empresas necesitan la visión más multidimensional disponible de una identidad para tomar decisiones de alta calidad. La biometría del comportamiento o conductual permite a las empresas proporcionar una experiencia óptima al cliente al autenticarlos pasivamente y sólo agregar pasos adicionales en su viaje si existe un mayor riesgo”, indicó Stephen Topliss, vicepresidente de estrategia de fraude e identidad de LexisNexis Risk Solutions.
Con este tipo de soluciones los negocios y las empresas pueden aplicar niveles apropiados de fricción, para puntos de contacto específicos o eventos de mayor riesgo; prevenir tipos complejos de fraude, incluida la apertura de cuentas nuevas, o la usurpación de cuentas y estafas.
Ante el aumento del comercio y transacciones en línea, es imperante detener los casos de fraude antes que ingresen al ecosistema digital de una compañía, lo cual es viable si se logra diferenciar con confianza las transacciones genuinas de las actividades sospechosas.
La biometría del comportamiento es una forma pasiva y proactiva de identificar y comprender patrones de uso individual, y desde el inicio de una transacción se pueda aislar anomalías en comportamientos típicos; o se detecte el comportamiento fraudulento típico.
Con la tecnología de comportamiento conductual de los usuarios se puede detectar desde cómo sostienen un dispositivo, cuánta presión ejerce en las pantallas táctiles, su ritmo de escritura, movimientos del mouse, incluso con soluciones avanzadas se pueden recopilar y analizarlos a través del aprendizaje automático, para verificar que el usuario es quien dice ser.
Entre un 48 por ciento de ejecutivos especializados en fraude se estableció que los ataques de estafa al consumidor, estuvieron entre las principales preocupaciones en 2022 al pensar en los marcos de control de transacciones.
Los expertos destacan diferentes pérdidas derivadas del fraude de aplicaciones, como cheques sin fondos, actividad de mulas e identidades sintéticas, todas nombradas entre las dos principales preocupaciones entre el 22 por ciento de los ejecutivos.
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