En sólo dos años, se estima que la Inteligencia Artificial (IA) representará un mercado de más de 300 mil millones de dólares a nivel global, lo que deja en claro el imparable avance de esta área tecnológica, pero también la importancia de que su desarrollo se dé bajo principios del bien común, la ética y el acceso democrático a sus beneficios.
Entendiendo que la IA ya está aquí y no se va a detener, lo mejor es entenderla, repensar nuestra relación con la tecnología y actuar de manera responsable y conjunta entre todos los actores de la sociedad, es “un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de unos cuantos”, señaló la senadora Alejandra Lagunes Soto Ruiz.
Al encabezar el lanzamiento de la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial, la secretaria de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara Alta, convocó a actuar de manera responsable, pero ágil, para establecer un debate riguroso basado en la ética.
“Que nos permita establecer un marco jurídico adecuado para regular esta tecnología que promete cambiar el mundo en menos tiempo del que nos podemos imaginar, aún en nuestras fantasías más aventuradas”.
La legisladora recordó que debido a la capacidad de la inteligencia artificial de mejorarse a sí misma a partir de los datos que la alimentan, cobra una crucial importancia el hecho que la información sea incluyente, para no dejar a nadie atrás y sobre todo garantizar la privacidad de las personas.
En el evento celebrado en el Senado de la República y donde estuvieron presentes instituciones públicas, cámaras, especialistas, órganos autónomos, iniciativa privada y academia, Lagunes Soto Ruiz describió que la regulación de este tema debe tener en cuenta también aspectos como la soberanía, la supervisión, los límites éticos en todos sentidos y la participación colectiva.
En el mismo sentido, el senador Gustavo Madero advirtió que el despegue que ha tenido la IA en los últimos meses no está aislado de una revolución tecnológica que incluye también la manipulación genómica; la automatización laboral a gran escala; el almacenamiento de energía y el blockchain.
Todo ello se retroalimenta y forma parte de un periodo histórico en el que algunas potencias declinan mientras otras se fortalecen, con potenciales conflictos y donde la concentración de la riqueza ahonda la desigualdad, todo ello en un mundo donde el 1.0 por ciento de la población concentra más capital que el 99 por ciento de la población restante.
De ahí que palabras como paz, prosperidad, igualdad, acceso y respeto, deban colocarse al centro de la discusión de cómo abordamos este tema novedoso de la inteligencia artificial, al que debemos entrar de inmediato, so riesgo de quedarnos en el pasado si no lo hacemos.
Al respecto, el diputado Javier López Casarín, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, dijo que en muchos casos hay rechazo y miedo a aquello que no se conoce y éste puede ser el caso, pero debemos superar esta condición y abrazar la tecnología, con un diseño legal que garantice el bien de la humanidad.
Lo importante es cerrar brechas, garantizar educación, combatir la pobreza y, en general, establecer reglas que garanticen una conducta ética en el aprovechamiento del enorme potencial de la tecnología. Pero lo más importante es “hacernos las preguntas adecuadas” y tener muy claras cuáles son las responsabilidades que se deben cubrir.
En su oportunidad, Javier Juárez Mojica, presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), comparó la IA con el impacto que otros adelantos tecnológicos que representaron saltos fundamentales para la humanidad en distintos momentos, como el fuego, la electricidad, o el internet, y recordó que ésta es una tecnología dual: es decir, se puede usar para el bien y para el mal.
En ese sentido, debe haber un debate público amplio e informado que redunde en insertar a México en el futuro, objetivo donde la alianza que se firmó juega un papel fundamental, y en el cual el IFT ofrece el conocimiento acumulado para apoyar a todos los involucrados en estos trabajos.
En dicha alianza también están incluidos, entre otros el INAI y el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, la ANUIES, la Canieti, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la sociedad civil, entre ellos la organización Artículo 19, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, así como representantes de la iniciativa privada, por citar algunos.
C$T-GM