El marco regulatorio y la política pública que se establezca en torno a la Inteligencia Artificial (IA) debe partir de un conocimiento informado, con fuentes fidedignas y una clara orientación al bien común, respetando la ética, la accesibilidad y la garantía de usarla de manera segura, advirtió Manuel Pliego, vicepresidente de Inteligencia Artificial de la Canieti.
Al participar en el Senado de la República en el lanzamiento de la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial, el representante de la Cámara Nacional de la Industria Eléctrica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI), destacó que esta tecnología muestra una velocidad de avance sin precedentes.
Muy pronto, dijo, la inteligencia artificial envolverá toda nuestra vida en temas tan diversos como educación, salud, seguridad, trabajo, movilidad y transporte, energía, telecomunicaciones, ciudades inteligentes, agricultura, vehículos autónomos, movilidad, internet de las cosas, robótica economía y finanzas, neurociencias, derechos humanos, cultura y entretenimiento, gobernanza, por sólo citar algunos, lo cual demuestra que ya forma parte de la vida cotidiana.
Su crecimiento será exponencial, radical y sin pausa y a una velocidad mucho más vertiginosa que cualquier otra tecnología inventada hasta la fecha. De ahí la importancia de comprender su funcionamiento y operación, especialmente para quienes deben tomar hoy las decisiones en materia legislativa, de gobierno y de grandes corporaciones empresariales que ayudarán a modelar el futuro de esta tecnología.
En ese sentido, Manuel Pliego anunció que la Canieti organizará talleres y demostraciones, con el apoyo de empresas afiliadas que se especializan en estos temas, para que los legisladores puedan conocer de primera mano cómo funciona esta tecnología y cuáles son sus potencialidades y con ello puedan tomar decisiones de reglamentación adecuadas a la realidad, y sobre todo vigentes.
Recordó que en muchas ocasiones las decisiones legislativas en temas de tecnología llegan tarde y por lo común, cuando finalmente el producto legislativo está vigente, es obsoleto, porque la realidad ya cambió. Y por ello la idea es que los legisladores cuenten con información fidedigna y de primera mano.
Asimismo, se buscará el diálogo directo con los tomadores de decisión en los diferentes ámbitos y niveles de gobierno, para que escuchen directamente a la industria y a los empresarios que hoy se dedican a la inteligencia artificial.
El tercer eje de este trabajo de Canieti, será el llamado a establecer una alianza muy plural, donde converjan todos los sectores de la sociedad, incluyendo organizaciones de la sociedad civil; el sector educativo en toda su extensión, es decir, alumnos, profesores, trabajadores, padres y madres de familia, tanto de escuelas públicas como privadas en todos los niveles; las organizaciones de profesionistas; cámaras industriales e iniciativa privada.
“Cuantas más voces participen, será mejor”, señaló, al sostener que la sociedad, los gobiernos y los cuerpos legislativos federal y locales, deben actuar con responsabilidad e información correcta, porque muchos mitos que todavía rodean a la inteligencia artificial, se deben a la falta de información precisa o a que ésta se centra en los riesgos que sin duda conlleva esta tecnología, como lo puede implicar cualquiera otra.
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