En el día a día, es común ver a los adultos conectados, comiendo con el celular en la mano, tomando fotografías de su plato, tuiteando, dando me gusta o grabando videos cortos con coreografías de baile, escenas todas que suelen estar también en la cotidianeidad de los niños, niñas y adolescentes que conviven con personas mayores.
Sin embargo, cuando se trata de que los menores de edad utilicen un celular, una consola o una tableta para distraerse con videojuegos, en muchos casos los padres, madres, tutores o cuidadores piensan sólo en los impactos negativos. Cierto que es necesario poner límites respecto al tiempo que pasan frente a las pantallas, pero también es importante saber que los videojuegos ayudan a desarrollar ciertas habilidades.
En los últimos dos años, destaca el portal de Digipadres, los avatares de los videojuegos han sido más que un código digital, al convertirse en un pasaporte de entrada a un mundo en el que los niños y niñas experimentan algo especial, ya sea solos o con otros niños que comparten la misma pasión.
“Jugar no consiste únicamente en divertirse y disfrutar, sino también en experimentar y superar los límites de la creatividad. El entorno del juego ofrece un contexto que le permite a la persona experimentar y conocerse a sí misma… Esto es un gran beneficio para todos los niños, en especial para los que de otro modo están limitados», afirmó la psicóloga Jarmila Tomková.
Mihai Vicol, analista especializado en las nuevas tendencias de los juegos, considera que una de las razones por las que esta industria funciona tan bien es por la necesidad que existe de expresarse y definir la identidad personal, y los jugadores tienden a dejar el «mundo real» por un tiempo y crear su personaje ideal a través de un avatar.
A los niños que les resulta complicado hacer amigos, los juegos online pueden ser un santuario, un entorno que les ayude a superar el miedo a conocer gente nueva y tener un espacio para disfrutar de la compañía de los demás. Los compañeros de juego aprenden lecciones útiles que pueden ser relevantes y cambiar su vida, no solo dentro de la historia ficticia sino también en su vida fuera del juego. Lo mismo ocurre con sus nuevas amistades
«Aunque el entorno de juego sea virtual, lo que experimenta la persona como consecuencia de estos estímulos es real, no virtual… El entorno ofrece aspectos de la identidad que el individuo explora, vive y acompaña de emociones reales. Estos aspectos se incorporan a la autoestima y la autonomía de la persona… En otro entorno, quizá no los habría experimentado”, asegura Tomková.
Al motivar al jugador a centrar su atención y compartir el interés de los compañeros, los videojuegos también pueden ayudar a los niños afectados por trastornos del espectro autista.
Los videojuegos multijugador muestran lo importante que es el trabajo en equipo para lograr objetivos comunes. Estudios llevados a cabo por el Management Research Group en 2013 han demostrado que existe una correlación entre los videojuegos y la mejora de las habilidades de liderazgo y eficacia.
No obstante como han recalcado expertos, hay que limitar el tiempo que permanecen jugando y estar atentos a si existen arrebatos de ira, pues los videojuegos aumentan los niveles de dopamina en el cerebro humano, y en casos extremos, pueden convertirse en una forma de adicción, mientras se jueguen de manera responsable los videojuegos pueden ofrecer enormes beneficios para los infantes.
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