En México el número de mujeres profesionistas que estudiaron alguna carrera STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) aumentó 42 por ciento entre 2012 y 2021; sin embargo, sólo tres de cada 10 se desempeñan en estas áreas, en parte derivado a brechas de género que empiezan en la infancia y se incrementan en la edad adulta.
Ante la importancia que están tomando los cambios tecnológicos y la automatización, previó el IMCO en un estudio, las carreras de este grupo son especialmente relevantes, ya que se espera que los trabajos del futuro dependan en mayor medida de un buen manejo de habilidades científicas y tecnológicas, en combinación con habilidades blandas.
El análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destacó que las niñas de primaria han presentado mejores resultados que los niños en las pruebas de matemáticas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA), pero esto se revierte en secundaria y se amplía al finalizar el bachillerato, hasta llegar a una escasa representación a nivel profesional.
“Sólo 6.0 por ciento de 10 mil alumnas de bachillerato de la Zona Metropolitana del Valle de México encuestadas por Movimiento STEM dijo estar interesada en estudiar una carrera de estas áreas de estudios. Y en 2021, sólo 13.5 por ciento de las mujeres profesionistas eran egresadas de carreras STEM”.
Estudios realizados sobre el tema apuntan como principales barreras para la representación femenina en estas áreas a los estereotipos y normas de género; el ambiente en las clases de la infancia, la falta de modelos femeninos a seguir, la deficiencia de orientación vocacional, así como la influencia de compañeros, familia y docentes.
Las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se asocian con habilidades que son cada vez más importantes y valiosas, como solución de problemas complejos, pensamiento analítico y crítico, y capacidad de aprendizaje.
De acuerdo con Índice Global Educar para el Futuro 2019 de la revista The Economist, México -que ocupa la posición 20 de 32 países-, no está preparando a sus estudiantes, especialmente a las mujeres, para un mercado de trabajo más vinculado a las STEM, cuando además, las carreras de esta área tienen ingresos promedios más altos que otras licenciaturas.
Los sueldos para los egresados en estas áreas son mejores y la brecha de ingresos es menor, ya que por cada 100 pesos que gana un hombre una mujer gana 82, a diferencia de los 78 pesos que gana en otras áreas profesionales.
“Las mujeres que estudiaron carreras STEM tienden a ganar más y enfrentan una brecha salarial menor: 18 por ciento en contraste con 22 por ciento para profesionistas de otras áreas. En parte, se explica por el tipo de trabajos que elige cada sexo. Las mujeres tienen mayor probabilidad de ser oficinistas o dar clases, mientras que los hombres tienden a ocupar puestos en plantas industriales”.
Pero las científicas enfrentan el mismo tipo de barreras para entrar, permanecer y crecer en el mercado laboral, al igual que el resto de las mexicanas, lo que se nota en los 14 puntos porcentuales de diferencia que hay en las tasas de participación económica entre profesionistas sin hijos, que se ubica en 78 por ciento, y de las que deciden tener hijos, 64 por ciento.
El estudio sugiere para incrementar la participación de mujeres en estos sectores, la intervención desde los primeros años de escuela, para que los contenidos de ciencia y tecnología del nivel básico tengan enfoque de género.
En secundaria se propuso implementar programas de orientación vocacional, que incluyan mentorías, para que las jóvenes tomen decisiones sobre su educación superior más informadas y basadas en datos, así como actividades que rompan con los estereotipos.
Por otro lado, desarrollar las capacidades de los gobiernos estatales y federal, instituciones de educación superior y centros de trabajo para recabar datos sobre STEM con perspectiva de género que sirvan para diseñar acciones más precisas.
C$T-EVP