Debido a que la economía del espacio alcanza un valor aproximado de 350 mil millones de dólares anuales en el mundo y la cifra podría superar el billón de dólares para 2040, es indispensable promover mecanismos para que niñas y jóvenes de México tengan acceso a contenidos y programas educativos que les permitan participar directamente en actividades relacionadas con el espacio exterior y la investigación espacial.
Así lo destacaron el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín y el diputado Javier López Casarín, presidentes de las Comisiones de Ciencia, Tecnología e Innovación de las Cámaras de Senadores y Diputados, respectivamente, al firmar el Convenio de Colaboración para promover la Participación de las Niñas, Jóvenes y Mujeres en la Ciencia.
Durante el evento celebrado en las instalaciones de la Cancillería y donde destacó la presencia de Katya Echazarreta, la primera astronauta mexicana, el titular de la SRE convocó a realizar cuantas acciones afirmativas sean posibles, para lograr una auténtica igualdad de género y que las mujeres que hoy desempeñan labores de cuidado sin retribución ni reconocimiento, puedan liberarse de esas responsabilidades a través de sistemas nacionales más estructurados y ellas puedan tener la libertad de preguntar, estudiar y conocer.
“Si logramos garantizarles a las mujeres su participación igualitaria, no sólo en el desarrollo científico y tecnológico, sino en todo, vamos a hacer que México alcance su grandeza. Por el contrario, sin ellas no lo vamos a lograr”, destacó al reconocer el esfuerzo del Legislativo para promover la participación de niñas, jóvenes y mujeres en la educación y el trabajo científicos.
A su vez, la primera astronauta mexicana, Katya Echazarreta, quien viajó el año pasado al espacio exterior en la nave New Shepard de la empresa Blue Origin, dijo que “ésta es una oportunidad para toda la nación, para ser diferentes, para ser desarrolladoras, para ser ingenieras, para crear tecnología mexicana; que ese satélite, ese cohete, ese traje espacial lleve el sello ‘Hecho en México’. Este es el momento para que el país finalmente sea reconocido por lo que es”.
En su oportunidad, el diputado Javier López Casarín, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, indicó que el objetivo del Convenio es brindar herramientas a las niñas y las mujeres para que participen de las actividades relacionadas con el espacio exterior y la investigación espacial.
Convocó a niñas y jóvenes a emprender el camino de la ciencia, como hizo Katya y afirmó que el primer paso es este convenio, que permitirá cambiar las políticas públicas del país a favor de ellas y las definió como una fuente inagotable de talento y voluntad de alcanzar grandes logros en el desarrollo de la tecnología espacial.
Recordó que México participa con tecnología y capital humano en la Misión Internacional Artemisa, liderada por la NASA y la Agencia Espacial Europea, para regresar a la Luna, en un vuelo espacial encabezado por una mujer en 2025.
A su vez, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología en la Cámara Alta, celebró el interés que suscitó el acto, al que asistieron estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, legisladores de varios partidos, representantes de la industria aeroespacial mexicana y empresas líderes en el sector.
“Si tenemos más mujeres estudiando carreras de ciencia y tecnología, vamos a combatir la pobreza y la desigualdad”, dijo, al reconocer que todavía hay una “brecha gigantesca”, pues siete de cada 10 mujeres mayores de 15 años en México son madres y solo 46 por ciento recibe un salario. En contrapartida, entre los hombres del mismo rango de edad, el 70 por ciento recibe un salario y eso es inaceptable.
Se requieren acciones concretas para combatir ese desequilibrio y precisamente el acceso de las niñas y las mujeres a la ciencia es una de las vías, tal como se plantea en este Convenio.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha destacado la creciente importancia de la economía del espacio para el progreso de las naciones y elaboró un manual para comprender sus implicaciones en el corto y mediano plazo.
La definió como el conjunto de actividades y recursos que crean valor y beneficios para los seres humanos a partir de la exploración, investigación y conocimiento del espacio, e incluye tanto al sector público como al privado.
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