La educación superior en México, en la que están matriculados poco más de 5 millones de estudiantes, retomó los niveles de abandono escolar del gobierno anterior, lo cual será uno de los retos a vencer y en el que la universidad abierta y a distancia podrían tener un papel importante, no obstante la diversidad social y geográfica del país, así como la vulnerabilidad en diversos hogares del país.
“En el ciclo escolar 2020-2021 la matrícula total de educación superior alcanza poco más de 5 millones de estudiantes de licenciatura y posgrado, incluyendo todos los subsistemas, que significa un incremento en términos absolutos, de 52 mil 004 estudiantes”, destacó Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior.
Y aunque el funcionario reconoció que se tuvo una reducción de 31 mil estudiantes en la matrícula total escolarizada, destacó el comportamiento en la modalidad abierta y a distancia de educación superior.
“Se tuvo una reducción de 31 mil 030 estudiantes en la matrícula total escolarizada y un incremento de 83 mil, 034 estudiantes en la no escolarizada; o sea, debemos el crecimiento actual a la no escolarizada, particularmente a la universidad abierta y a distancia en México”, precisó en el 8 Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) del Tecnológico de Monterrey.
No obstante, el funcionario de la Secretaría de Educación Pública (SEP) reconoció el retroceso en el abandono escolar, aún con acciones implementadas como la entrega de 900 mil becas a nivel superior, por lo que refrendó el compromiso de llegar al 2024 a lograr una cobertura del 50 por ciento.
“La estimación que tenemos es que entre 2019 y 2020 en las instituciones de educación superior la tasa de abandono escolar registró un promedio de 8.4 por ciento de abandono escolar; es muy similar a la del ciclo 2017-2018”.
Por otro lado, subrayó que también se dio un crecimiento sin precedentes en la investigación educativa, pues las funciones sustantivas continuaron en ambientes virtuales con enormes contribuciones, pero en el contexto de emergencia sanitaria, dijo, se vieron “marcadas diferencias”, por la vulnerabilidad social de un alto porcentaje de hogares mexicanos y la precariedad de cientos de escuelas principalmente las particulares.
En este sentido, aseveró que resulta urgente centrar la atención en el cierre de las brechas que existen en el país, entre las que se encuentra la de cobertura de 42 por ciento, de los jóvenes de 18 a 22 años, que en el sur-sureste es casi la mitad de la media nacional, o la de acceso de hablantes de otra lengua, pues sólo 2.0 por ciento accede a este nivel.
Además, en México sólo 49 por ciento tiene estudios de nivel básico, 24 por ciento cuenta con estudios de nivel medio superior y sólo 21 por ciento ha cursado estudios de nivel superior.
“Se tiene que discutir no solamente la pertinencia social de los planes y programas, o el tema de cómo lograr la obligatoriedad por parte del Estado, el fortalecimiento de la relación con los empleos y con la economía real, o los cambios a nivel de las innovaciones en términos institucionales y la relación con el sector social y productivo, se tiene que lograr una gran transformación”.
Asimismo, Concheiro Bórquez recalcó que la educación debe tener un sentido social, pues además existe un amplio consenso de que los criterios y parámetros utilizados para medir la relevancia y pertinencia social de la oferta educativa de las instituciones de educación superior “no corresponde con las necesidades actuales del desarrollo social y económico del país”.
“No podemos seguir produciendo profesionistas y no preocuparnos donde se insertan, de qué manera lo hacen, cómo cumplen con los elementos qué les hemos dado; pero tampoco podemos seguir a espaldas de la economía nacional y todo lo que esto signifique, la economía de punta, pero también la economía social”.
C$T-GM