45% de estudiantes carecen de un dispositivo con acceso a internet.
México ha vivido la mayor interrupción de la educación en la historia. Es uno de los países con cierres más prolongados de escuelas en comparación con otras naciones, de acuerdo con un estudio del IMCO, en el que se advierte que la falta de dispositivos tecnológicos y conectividad, la condición económica, el género y la edad, han sido factores importantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los mexicanos a partir de la pandemia.
En el estudio “Educación en pandemia: los riesgos de las clases a distancia”, del investigador Pablo Clark, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se advierte que el programa Aprende en Casa fue la opción más viable en un contexto donde 45 por ciento de los estudiantes no tenía en su hogar un dispositivo tecnológico como computadora, laptop, tableta o teléfono inteligente con acceso a internet.
Sin embargo, refiere, tal como señalan Rafael Hoyos y Jaime Saavedra del Banco Mundial “ni la televisión, ni ninguna otra tecnología, puede reemplazar al maestro en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ni a los compañeros en el desarrollo de habilidades sociales”.
De acuerdo con simulaciones del Banco Mundial, en un escenario «pesimista» de cierre de escuelas, donde las clases se interrumpen durante 10 meses, los años de escolaridad ajustados por aprendizaje caerían a nivel global desde 7.7 a solo seis años.
Los mexicanos alcanzaban 8.8 años de escolaridad promedio ajustados por el aprendizaje, equivalentes casi a la secundaria completa. El Banco Mundial estima que este indicador disminuya 1.8 años, hasta llegar a solo siete grados, un nivel de conocimientos cercano a primero de secundaria.
“La magnitud de esta disminución no debe matizarse: representa una reducción de 19 por ciento en los años de aprendizaje, o sea, millones de estudiantes podrían egresar de sus estudios con conocimientos equivalentes a dos grados académicos menores”.
El investigador refirió que una revisión de literatura global encontró siete estudios sobre el efecto en el avance académico, de los cuales seis hallaron evidencia de pérdidas de aprendizajes entre alumnos de diferentes países.
De acuerdo con la misma revisión cuatro estudios también identificaron disparidad en los logros académicos de los estudiantes. Por ejemplo, en Chile se estima que el avance al aprender desde casa sólo equivaldría a entre 12 y 30 por ciento del aprendizaje en clases presenciales.
Sin embargo, en el caso de las escuelas públicas, donde acuden los alumnos provenientes de hogares más vulnerables, la efectividad disminuye a entre 6 y 18 por ciento.
Las diferencias en la efectividad de las clases a distancia reflejan el hecho de que no todos han podido continuar con su educación en la misma medida. En particular, los estudiantes de hogares en vulnerabilidad social y económica han enfrentado mayores barreras para seguir aprendiendo, ya que para ellos el contexto social del aprendizaje es más importante y la educación a distancia ha sido menos efectiva.
Aunque múltiples factores influyen sobre cuánto aprenden los estudiantes, en el estudio señaló que durante la educación a distancia han existido dos condiciones fundamentales para hacer posible el proceso de enseñanza-aprendizaje. Primero, tener en casa un dispositivo con acceso a internet y segundo, contar con el apoyo de otra persona que sea capaz de guiar el proceso de aprendizaje.
El IMCO estima que casi 2.2 millones de alumnos tienen alto riesgo de no haber avanzado en los aprendizajes que les correspondía para este ciclo escolar, de acuerdo con datos de la ECOVID-ED del INEGI. Esto equivale al 6.6 por ciento de los estudiantes, quienes no contaron con el equipo ni el apoyo necesario.
Por otra parte, 7.7 millones de alumnos están en riesgo medio-alto, pues aunque tuvieron un dispositivo electrónico con acceso a internet, no contaron con una persona que guiara su aprendizaje en casa.
“Estas cifras reflejan que los desafíos que impone la educación virtual no se viven igual en todos los hogares de México. Por ello, habrá alumnos con los recursos necesarios para mitigar los impactos negativos y compensar los aprendizajes”.
En ese sentido, el investigador recalcó que es urgente atender la crisis educativa, para que las generaciones de talento futuro logren mejores oportunidades de empleo al concluir su educación y contribuyan a la competitividad de México a pesar de la pandemia.
Para ello, la propuesta del IMCO es preparar una estrategia integral de regreso a clases que haga un balance de los retos de corto y mediano plazo, para enfocarse en el aprendizaje de los jóvenes; restablecer el diseño censal y anual del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), para contar con evidencia diagnóstica de la pérdida de aprendizajes en México.
Asimismo, desarrollar programas de nivelación académica y de reincorporación de alumnos para atender los efectos escolares de la pandemia de COVID-19, y fortalecer los sistemas estatales de información y datos del sistema educativo.
“Ante la amenaza sin precedentes que la crisis sanitaria y económica representa para los sistemas educativos, hace falta una respuesta de una magnitud no antes vista, si es que se aspira a rescatar los aprendizajes esenciales para el éxito de una generación completa de estudiantes”.
C$T-GM