Necesario empoderar a las audiencias.
Ante la presencia de nuevos medios y en un contexto cada vez más digital, donde el poder de la comunicación radica en la capacidad de crear conversaciones, los hacedores de la radio en América Latina deben reflexionar sobre qué tan listos están para «jubilar» algunas ideas, formatos y estrategias que pertenecen a un pasado que ya no existe, aseguró el comunicador social, Tito Ballesteros.
«El reto hoy, es de quienes están haciendo, pensando y diseñando la radio, debemos llamarnos a la reflexión y generar una mayor incidencia, de lo contrario vamos a seguir diciendo frases que ya conocemos hasta la saciedad como ‘bienvenido al programa’ o ‘esto es todo por hoy’ y programando los mismos formatos, con la misma duración y las mismas pausas comerciales».
Para el especialista colombiano, es necesario que la radio se abra a nuevas posibilidades y lanza una provocadora propuesta: Empoderar a las audiencias y darles el micrófono. Sin embargo, no sólo se trata de escuchar sus peticiones o leer sus mensajes al aire, sino de otorgarles un protagonismo real.
«La pregunta para cualquier radiodifusora es cada cuánto los oyentes pueden ir a hacer un programa, y si hay un espacio para eso o en qué momento participan en la barra de programación, ¿pueden los oyentes apoderarse de alguna manera del micrófono?. La idea es que las audiencias dejen de ser sólo eso y se conviertan en participantes, por ejemplo si hay un oyente que todos los días escucha y habla a la radio en el programa de las 9 de la mañana por qué no lo invitamos a participar en vivo, quién dice que eso no se puede o no se debe hacer, por qué tienen que hablar en la radio sólo quienes trabajan en la emisora».
En opinión de Tito Ballesteros, el buen locutor no es quien habla bonito o el que desenvuelve de manera impecable ante un micrófono, sino el que hace que otros hablen; la palabra clave para la radio actual, es participación y el actual es un buen momento para consolidar un nuevo modelo de comunicación de doble vía.
«Justamente por eso la UNESCO dice que la radio es un medio plural que da la voz, que es una compañía, y no sólo para las estrellas y figuras, me parece que estamos muy lejos de ver el sentido social que tiene este tipo de comunicación».
Independientemente de su perfil (comunitario, educativo, público, subversivo, de gobierno, universitario), la radio debe explorar con mayor fuerza ejemplos como los que existen en diversos países de América Latina como México, en donde en el municipio de Amecameca, la estación de radio La Voladora es un espacio abierto, plural y dinámico.
Otro caso, añadió, es una estación de radio ubicada en Zacatecas en donde la emisora de radio tiene su cabina de transmisión tan cerca de los transéuntes que estos no sólo pueden ver al locutor detrás de un cristal transmitiendo en vivo, sino que además pueden entrar, conversar con él y participar en vivo.
«Hay ejercicios como estos muy interesantes pero son las menos, me parece que hay momentos en los que la radio se aleja de la base social, y de esa posibilidad de darle la palabra al otro. Un ejemplo más es Violeta Radio, la emisora feminista que entrará al aire en la Ciudad de México que tiene el desafío de entregar la voz a las mujeres no solo mexicanas sino de la región, también están las radios indigenistas».
En la actualidad, la radio se define a partir de las muchas radios que existen y conviven con smartphones, computadoras, plataformas de streaming y herramientas de comunicación instantánea; sin embargo, es claro que su vigencia radica en las personas que producen, que escriben un guión, que comentan e informan, y que juntos son parte de la transformación que debe hacer con más fuerza este medio de comunicación.
«La radio no funciona exactamente como las redes sociales que tienen sus propias características de interacción, pero si la gente desea participar y ser escuchada, lo que se debe hacerse es habilitar esos espacios».
C$T-GM