Para llevar a la industria Fintech en México al siguiente nivel, es indispensable el trabajo conjunto de las autoridades y las empresas del sector, procurando que la normatividad se adecue lo mejor posible a la velocidad del cambio tecnológico y colocando en el centro de todas las soluciones a los usuarios, coincidieron expertos del sector.
Durante el encuentro Fintech Summit Latam, que reunió a varias de las más de 650 empresas de este sector en el país, directivos de bancas digitales tradicionales y emergentes, coincidieron en que hay un mercado muy importante en la bancarización y las soluciones digitales están llamadas a cerrar esta brecha que aún existe, pues ofrece productos amigables y con menos carga de comisiones, entre otras ventajas.
De hecho, del 2008 a la fecha el número de usuarios de la banca digital en México creció siete veces y, en el mismo periodo, la banca tradicional tuvo un incremento de 8.7 por ciento, lo cual evidencia el trabajo que se hizo para preparar esta nueva forma de relacionarse con los usuarios de la banca.
Al respecto, Sergio Torres, director de Banca Digital de BBVA México, destacó que la bancarización en el país está atrasada y eso significa una gran oportunidad para las Fintech.
Se calcula que de los poco más de 90 millones de adultos que hay en México, alrededor de 40 millones no están en el sector bancario, porcentaje de la población total que contrasta gravemente con lo que pasa, por ejemplo, en Europa, donde casi el 100 por ciento de las personas están bancarizadas.
Por otra parte, se calcula que unos 30 millones de mexicanos no ahorran en el sistema bancario (ya sea por falta de acceso o de confianza) y casi 33 por ciento recurre a créditos informales en lugar de acercarse al sistema financiero regulado.
De ahí la necesidad de ajustar las normas y trabajar unidos para darle acceso a más personas a los sistemas financieros formales, lo cual pasa, entre otras cosas, por el trabajo que tienen que hacer las empresas financieras, ya sea del sector bancario o las Fintech, para ofrecer alternativas baratas, fáciles de usar y que ganen la confianza de los usuarios.
Para llegar a ese objetivo, Luis Madrazo, director general de Ualá México, consideró indispensable el trabajo conjunto no sólo de las empresas del sector, sino con el Estado, en el entendido que “no se puede hacer todo solo” y, por otra parte, aprovechar las experiencias de los demás y las sinergias que se puedan lograr, es fundamental.
Consideró que facilitar la experiencia del usuario es una de las principales claves para el crecimiento de las opciones de bancarización en línea, la cual ofrece mejores costos para el cliente, en comparación con la banca tradicional, pues al tener pocas o ninguna sucursal, su costo administrativo es considerablemente menor.
A su vez, Estephany Ley, directora de banca minorista de Coppel, se sumó a la idea de trabajar en conjunto, pues “todos tenemos la misma misión de inclusión en el sistema financiero” y por ello más que verse como competencia, las diversas empresas del ramo deben verse como aliadas en alcanzar el objetivo compartido.
Recordó que la pandemia empujó en buena medida la digitalización bancaria y la banca tradicional tomó alguno de tres caminos: iniciar la digitalización desde cero; cambiar desde adentro las organizaciones o agregar una parte digital a sus operaciones de sucursal, todas ellas con más o menos beneficios y retos económicos y prácticos.
Pero el hecho es que todas las empresas han tenido que ajustarse al ámbito digital y por eso es necesaria la colaboración en el afán de ampliar significativamente la inclusión digital en el país.
C$T-GM