Propidad intelectual y cobertura, los retos.
Si bien en los últimos dos años, México logró escalar dos lugares en el ranking internacional de cómputo en la nube, derivado de un positivo entorno legal y regulatorio, el país aún enfrenta diversos desafíos para ofrecer una infraestructura de Tecnología de la Información (TI) moderna.
De acuerdo con el estudio Global Cloud Computing Scorecard 2018, elaborado por la BSA The Software Alliance, en 2016 México ocupaba el lugar número 15 en una lista de 24 economías, posición que en 2018 mejoró para situarse en el sitio 13.

«México ha implementado muchas leyes cibernéticas relevantes, que incluyen legislación sobre privacidad, reglas sobre notificación de violación de datos y legislación actualizada sobre ciberdelincuencia», indicó el estudio.
Sin embargo, existen puntos de mejora como la protección y aplicación de la propiedad intelectual; brecha en la cobertura legal, y que el estándar para el enjuiciamiento de delitos contra la propiedad intelectual es alto.
«México también tiene un puntaje bajo en la sección de promoción del libre comercio. No existe un plan nacional específico de banda ancha y no se han publicado objetivos de velocidad o conectividad».
El estudio, que pone énfasis en las leyes nacionales de privacidad, seguridad cibernética y en la infraestructura de banda ancha, mostró que Alemania obtuvo el puntaje más alto debido principalmente a sus políticas nacionales de seguridad cibernética y promoción de libre comercio.
El país europeo es seguido de Japón y Estados Unidos que ocupan el segundo y tercer lugar respectivamente, para luego dar paso a países como Rusia, China, Indonesia y Vietnam.
Para Victoria Espinel, presidenta y CEO de BSA The Software Alliance, el scorecard es una herramienta que puede ayudar a los países a autoevaluar de manera constructiva sus políticas y determinar los próximos pasos para aumentar la adopción del cómputo en la nube.
«El cómputo en la nube permite a cualquier persona acceder a tecnología que anteriormente estaba disponible solo para las grandes organizaciones, lo cual allana el camino para mayor conectividad e innovación».
Los países que implementen soluciones de seguridad cibernética de vanguardia, protejan la propiedad intelectual y establezcan una infraestructura de TI continuarán cosechando los beneficios del cómputo en la nube tanto para las compañías como para los ciudadanos por igual.
En general, el estudio muestra que los países analizados mantienen una constante actualización y perfeccionamiento de sus políticas de protección de datos; la mayoría de las veces de una manera que permite el flujo transfronterizo de los datos, sin embargo, en varios casos aún no se hn adoptado las leyes de privacidad adecuadas.
Por su parte, los mercados emergentes continúan rezagados en la adopción de políticas favorables a la nube, lo que dificulta su crecimiento. Los ejemplos incluyen regulaciones que imponen barreras significativas para los proveedores de servicios en la nube, requisitos de localización de datos y falta de protección en seguridad cibernética.
«Los estándares, las certificaciones y las pruebas aceptadas internacionalmente ayudan a mejorar el entorno de seguridad para la computación en la nube, pero no todos los países reconocen las prácticas recomendadas como los estándares locales a cumplir».
Si bien casi todos los países continúan trabajando para mejorar el acceso de banda ancha, el éxito de tales iniciativas sigue siendo muy variado, lo cual es clave pues la capacidad de los países y las compañías para aprovechar la computación en la nube para su crecimiento requiere acceso a una red potente.
«Al examinar el marco legal y regulatorio de 24 países, el Scorecard ofrece un análisis para el debate entre los responsables de la formulación de políticas públicas y los proveedores de servicios en la nube. Este diálogo puede ayudar a desarrollar un régimen internacional armonizado de leyes y regulaciones que faciliten la computación en la nube».
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