Necesario evitar que dominancia se traslade a plataformas digitales.
La iniciativa que busca imponer una cuota de 15 por ciento de producciones cinematográficas y audiovisuales nacionales en las plataformas digitales es “ingenuamente intervencionista”, no soluciona la falla de mercado que padece la industria independiente, privilegiará la venta de contenido “viejo”; y aunque tiene buenas intenciones, desdeña que el contexto es cada vez más digital y abierto, coincidieron especialistas, académicos y legisladores.
“Es una iniciativa profundamente complaciente con la televisión abierta, ingenuamente intervencionista con las plataformas digitales; el autor de la iniciativa cree que puede normar los contenidos de empresas como Netflix y Amazon Prime, y otros más. Me parece que es una iniciativa que no está reconociendo la realidad del entorno globalizado de la economía digital”, dijo Raúl Trejo Delarbre, investigador y académico.
En el panel ¿Cómo impulsar los contenidos audiovisuales independientes en el nuevo entorno digital?, organizado por Centro-i, el especialista reconoció la necesidad de destinar recursos, vías, compromisos y reglas para respaldar al cine mexicano y a la producción audiovisual en México.
Sin embargo, la iniciativa presentada por el senador Ricardo Monreal en febrero pasado no plantea ninguna solución ni beneficio para la industria. “La iniciativa menciona incentivos fiscales y apoyos financieros pero no dice cómo, es absolutamente vaga e imprecisa en ese sentido”.
“Cuotas a las plataformas sí, pero en términos de ganancias. Que de los recursos que obtiene Netflix con sus suscriptores en México, el 20 por ciento sea para producción nacional e independiente”, planteó.
Por su parte, Mónica Lozano, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMAAC), expuso que la propuesta de ley adolece de dos definiciones fundamentales: Productor Nacional Independiente y Calidad Cinematográfica y Audiovisual.
Explicó que la figura de productor nacional independiente implica la no asociación o vínculo directo o indirecto con empresas de servicios de radiodifusión y conglomerados de medios o agentes económicos con poder sustancial en cualquiera de los sectores de la industria.
“Si esta definición no se incluye en el glosario y se contextualiza esta iniciativa en el marco de esta producción nacional independiente que es la que hay que fortalecer, y es la que nos va a dar la diversidad y la pluralidad, estaríamos en problemas”.
En ese sentido, pidió a nombre de la AMAAC, que las y los legisladores que dictaminarán la iniciativa tomen en cuenta la importancia de la figura de productor independiente, pero también el concepto de calidad.
Es decir, subrayó, se deben considerar obras cinematográficas y audiovisuales artística y/o culturalmente relevantes, preparadas, realizadas y producidas con parámetros de rigor profesional, y absoluto respeto de la libertad de expresión, así como criterios adicionales de originalidad, calidad artística, temática y técnica.
Elena Estavillo, directora general de Centro-i, expuso que en México existe una falla de mercado para bienes que son culturalmente relevantes; en ese sentido el reto es generar condiciones de competencia en un mercado tradicionalmente concentrado y en el cual los productores alternativos han estado al margen.
“Necesitamos reglas específicas para estimular, abrir puertas a los creadores, tenemos que asegurar que estén dirigidas a las expresiones artísticas que no encuentran de manera natural un espacio o tienen espacios acotados, y al mismo tiempo tener condiciones de competencia que vayan empujando a que este mercado deje de estar tan concentrado”.
Es fundamental, añadió, evitar que la dominancia y la concentración de contenidos audiovisuales en español se traslade a las plataformas digitales y además entendiendo que en este nuevo entorno existen nuevos jugadores, que hay que comprenderlos y hallarles cabida en un ambiente de competencia para que se aprovechen estas incursiones novedosas en el mercado.
Para Alberto Galarza, Senador de la República, es urgente hacer una reevaluación de la política fiscal para favorecer nuevo contenido de cine. “La propuesta que encabeza el senador Monreal tiene una buena intención con una pésima aplicación”.
“Querer generar nuevo contenido con un 15 por ciento de obligatoriedad de contenido nacional de hasta 20 años, lo que hará es que los preponderantes o las empresas que tienen un contenido importante en español, puedan vender contenido viejo sin generar un solo empleo, sin derrama económica, ni nuevas filmaciones”.
Por su parte, Cruz Pérez Cuellar, presidente de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado, coincidió con propuestas como la de Raúl Trejo en torno a la viabilidad de establecer una cuota de ganancias que se destinen para apoyar de manera directa a la producción independiente.
“Me parece una propuesta muy sensata y hemos recibido mucha información. La vamos a poner a consideración de las y los senadores integrantes de la comisión… Debemos procesarla (la iniciativa) y buscar los puntos de encuentro, el cómo sí; es decir, no polarizar en términos de que tenga que ser la iniciativa tal cual, sino buscar de esa propuesta que tiene un espíritu que busca apoyar al cine nacional y a la producción independiente, cómo sí, evitando que se hagan las cosas al vapor”.
Sissi de la Peña, gerente de Comercio Digital de la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI), dijo que la imposición de una cuota de contenidos en las plataformas streaming sería “un balazo en el pie” para México, pues de incumplir los compromisos que el país tiene en acuerdos comerciales, enfrentaría impugnaciones y litigios internacionales que detendrían aún más el desarrollo del sector.
“La representación Comercial de los Estados Unidos (USTR) ha sido muy vocal y lo ha dejado plasmado en su reciente reporte, está monitoreando muy de cerca el sector audiovisual porque México no está cumpliendo con las reglas del juego, con los compromisos que adquirió en el T-MEC y está implementando nuevas regulaciones”.
Desde la perspectiva de Miguel Flores Bernés, socio de Greenberg Traurig, la propuesta del senador Monreal no está basada en un análisis costo-beneficio adecuado porque tal y como está redactada, las únicas que podrán cumplir con esta regla de origen, serán Televisa y TV Azteca.
“Es muy riesgoso que se quede así. Podemos hacerle retoques pero me pregunto si esa es la vía por la cual se debe regular. Qué pasaría si a los restaurantes se les pidiera que tuvieran 15 por ciento de comida mexicana porque se quiere apoyar la comida mexicana, pues se va a crear una distorsión en la competencia de los restaurantes”.
El especialista detalló que las cuotas son mecanismos que generan distorsiones, y en este caso, violan tratados internacionales como el T-MEC, que en su Capítulo 19 claramente prohíbe el trato discriminatorio.
“Hay que atender estos temas y ver si no es mejor a través de subsidios, inclusive a través de cuestiones fiscales apoyar a los productores nacionales y no a través de este tipo de cuotas que desde mi punto de vista pueden causar distorsiones”.
El panel de especialistas fue moderado por Jorge Fernando Negrete, presidente de DPL Group, quien refirió cómo en ausencia de política pública se tiene que recurrir a la ley; “en España, su agenda digital se lanzó con prácticamente 170 mil millones de euros, y una quinta parte de ese dinero es para el sector audiovisual. Esto dentro de su agenda digital, es decir, productividad, Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial y además, el sector audiovisual. El presidente español en persona invitó a las plataformas digitales”.
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