Disparidad de acceso a internet, incluso entre conectados.
El estudio más reciente de la OCDE destaca que la digitalización de la operación de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) de América Latina se ha convertido en un “imperativo” y en un tema que deben tratar los gobiernos de la región con “máxima prioridad”, al ser la vía más recomendable para poder reconstruir de manera más dinámica y robusta el daño provocado por la pandemia.
Ello porque es imprescindible que este sector pueda adaptarse al acelerado proceso de digitalización que observan las empresas de mayor tamaño y sobre todo los grandes corporativos. “Debe de haber más acceso a redes digitales, mayor desarrollo de habilidades digitales en el capital humano y una mayor participación y mejor articulación en las cadenas de valor.
De acuerdo con la Internet Society, la pandemia intensificó la desigualdad en el acceso a internet, periodo bajo el cual fue imperativo tener educación a distancia, trabajo remoto, actividades que detonaron un boom en la demanda de conectividad de banda ancha, lo cual impulsó tanto el desarrollo de la economía digital, la actividad empresarial y el comercio electrónico, entre otros.
Roberto Martínez Yllescas, director del Centro OCDE México, resaltó que el desarrollo de infraestructura de conectividad continúa presentando desafíos importantes, incluso a nivel mundial pues 49 por ciento de la población aún continúa desconectada, o por lo menos “sin el mínimo estándar para poder realizar actividades económicas relevantes”.
Al participar en el el Foro “Descifrar la economía digital para la reactivación económica de México”, organizado por la Asociación Mexicana de Internet.MX (AIMX), detalló que aunque en la última década aumentó el número de usuarios de internet, continúa manteniéndose un rezago importante en América Latina, frente al promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Misma tendencia presenta la velocidad y calidad de la banda ancha que en el promedio de los países de América Latina, en una evaluación realizada pasaron de “panzazo”, pues apenas se logra tener conectividad suficiente para poder realizar videoconferencias, retransmisión en continuo y video en alta definición, entre otras actividades.
En materia de uso de medios digitales en la operación diaria de las empresas, hay tres indicadores que permiten visualizar cómo en la región, Brasil es un país que registra un avance importante; en tanto que México reporta un rezago sustancial en lo relacionado a la digitalización de las empresas en la cadena de suministro.

En el mismo Foro se destacó cómo durante el momento más álgido de la pandemia, en México fue evidente el aumento del número de usuarios de internet para cerrar 2020 con 86.8 millones de mexicanos con acceso a servicios de internet y aunque esto podría representar un avance importante, es necesario evidenciar que la pandemia generó una brecha digital adicional en el país.
Gonzalo Rojón, vicepresidente de Investigación de la Asociación de Internet.MX (AIMX), consideró importante reflexionar por qué muchos mexicanos no tienen acceso a internet; pero aún más crítico, por qué entre los conectados también hay una gran disparidad, una brecha digital adicional.
Durante su participación en el foro, indicó que en el país hay 126 millones de líneas móviles vigentes, lo que no significa que haya 126 millones de mexicanos con este servicio, pues hay usuarios que manejan más de una línea en promedio.
De ese total al menos 103.9 millones, es decir, una gran mayoría, se encuentra en la modalidad de prepago y de ese total, 21 por ciento recarga 50 pesos al mes y un 4.0 por ciento, abona sólo 30 pesos, y aunque la oferta les da redes sociales ilimitadas (para entretenimiento), los megas resultan insuficientes para tener acceso a videoconferencias, tener educación a distancia, o trabajo remoto.
“Con esa cantidad de megas no se puede tener acceso a todos los servicios se trata de un problema que obliga a enfocar las baterías para ver qué se tiene que hacer para que todas las personas puedan tener videoconferencias, tener educación a distancia, sus labores de trabajo con la misma oportunidad que los que están hiperconectadas”, destacó.
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