Una regulación equivocada solo generará una «Falla de Mercado».
Obligar a las plataformas digitales a reservar 15 por ciento de su catálogo para producciones cinematográficas y audiovisuales nacionales traerá como principal consecuencia el fortalecimiento del Agente Económico Preponderante (AEP) del sector de radiodifusión, Grupo Televisa, quien además tiene poder sustancial en el mercado de televisión restringida.
Esta medida, advierte el reciente análisis de Centro-i para la Sociedad del Futuro, ¿La iniciativa de Ley Federal de Cinematografía y el Audiovisual impulsa la creación cinematográfica?, o tendrá como consecuencia extender el poder de mercado que ya tiene Televisa en la producción audiovisual en español, a la nueva ventana de distribución que son los Over-The-Top (OTT).
“Tal y como está diseñada la iniciativa, la definición de productores nacionales y el tipo de mecanismos, tendrá como única consecuencia dar acceso privilegiado a los contenidos que ya están en los jugadores dominantes del país, que son los que siempre hemos visto en todas las ventanas de la televisión y el cine en México”, sostuvo Elena Estavillo, directora general de Centro-i.
El centro de investigación refiere que en 2019, Televisa produjo más de 88 mil horas de programación. Adicionalmente, es dueña o tiene los derechos de distribución de 456 filmes en español. Por otra parte, de las 34 mil horas de programación que produjo en 2019 TV Azteca, 8 mil fueron de contenido de entretenimiento.
Las principales ventanas de acceso a los contenidos audiovisuales en el hogar habían sido la televisión abierta y la de paga, negocios también concentrados en las mismas manos, lo que ha generado una gran ventaja para la distribución propia de los contenidos de Grupo Televisa y por razones similares, aunque en menor grado los de Televisión Azteca.
“El tema de competencia es muy importante porque se tienen jugadores muy fuertes en la producción desde hace muchos años. Televisa, que como lo dice en sus informes anuales, en sus presentaciones financieras, es el primer productor de contenidos audiovisuales en español y lo ha sido durante muchos años y continúa siéndolo”, subraya Estavillo.
La directora de Centro-i, refirió cómo con la revolución del ecosistema digital, el acceso a contenidos audiovisuales desde el hogar se ha transformado de forma radical creando nuevas posibilidades de distribución para contenidos alternativos a los de las dos televisoras, que incluso siguen la tendencia generado sus propias plataformas digitales.
“Las llamadas OTT (over-the-top) audiovisuales ya no compiten con catálogos de películas y series viejas, como en un inicio, sino que ahora ofrecen producciones propias de elevada calidad, que incluso son premiadas en festivales de cine en todo el mundo (no sin antes haber tenido que derribar resistencias de la comunidad tradicionalmente premiada que insistía, también, en protegerse frente a la competencia)”, señala el documento.
El estudio detalla que de 2018 a 2019, Prime aumentó su contenido original producido en México en 68 por ciento. En 2020, Netflix invirtió 200 millones de dólares para producir contenido original en el país. Para 2021 anunció que la inversión ascendería a 300 millones de dólares para producir 51 series.
“De hecho, México es uno de los cinco países del mundo donde Netflix opera un estudio de producción para contenido regional. Disney+ informó que realizará 21 producciones este año en México. Y HBO Max, aún antes de ser lanzada, ya realiza producciones en territorio nacional”.
Bajo este contexto, la iniciativa presentada en febrero pasado por el senador Ricardo Monreal, coloca una barrera significativa para que el mercado continúe beneficiándose de estos recursos, con lo que se desalienta la creación de contenido en lenguas locales, con temáticas nacionales o regionales, hecho con talento nacional, en territorio mexicano y producido por las plataformas digitales extranjeras que ofrecen servicios en México.
Y es que, de acuerdo con la propuesta legislativa, este contenido no podría tomarse en cuenta para cumplir la cuota de contenido nacional por no ser producido por personas morales controladas por mexicanos por nacimiento o naturalización. Por lo tanto, esas plataformas digitales tendrán incentivos para buscar países con mejores condiciones para sus inversiones en la producción cinematográfica y audiovisual, afectando a la industria y a la comunidad artística nacional.
Desde diferentes perspectivas, es claro que la iniciativa presentada en febrero pasado por el senador Ricardo Monreal, genera un gran riesgo para las producciones alternativas que tradicionalmente han enfrentado barreras de financiamiento y apoyo; si el objetivo es impulsar las producciones cinematográficas y audiovisuales nacionales, la iniciativa carece de elementos para lograrlo.
“Las producciones arriesgadas, alternativas y novedosas, generalmente no tienen un llamativo comercial, y por eso es muy difícil que encuentren quienes las quieran producir, si le dejamos eso totalmente al mercado, van a tender a desaparecer y por eso todos los países apoyan este tipo de producción cinematográfica, sin esos apoyos, no se va a producir en la medida que se generarían beneficios a la sociedad, eso es lo que se llama falla de mercado”.
C$T-GM