La innovación en materia de seguridad pública permite a las autoridades echar mano de las capacidades analíticas de la tecnología para contrarrestar las actividades ilícitas, o incluso para llegar a una “predicción del delito”; sin embargo, el uso de estas herramientas tiene además de beneficios grandes desafíos.
En el conversatorio virtual “Seguridad y Tecnología. Predicción del delito: mitos, beneficios y desafíos», organizado por la Iniciativa Ciudades con Futuro del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Organización de Estados Americanos (OEA), Ricardo Fraiman, especialista en seguridad ciudadana y fuerzas de seguridad habló de la experiencia en Uruguay.
En su exposición reconoció los retos de la “Adopción de PredPol por parte de la Policía Nacional de Uruguay y su implementación en la Ciudad de Montevideo”, que se usó en 2015 para el monitoreo de las rapiñas o robo con violencia, que exigía la mayor atención en el país; primero en una sección y luego en varias unidades más.
El software desarrollado en Estados Unidos que fue adoptado inicialmente por la Policía de los Ángeles y adaptado para el patrullaje de «puntos calientes» de Montevideo, fue un hito que se convirtió en la política más ambiciosa de reducción del crimen urbano en la nación sudamericana.
Fraiman explicó que el modelo probabilístico de PredPol identifica zonas delictivas a través de un software, con la definición de 10 áreas por jurisdicción por sección y por turno policial, explicó en el evento virtual que forma parte del Ciclo Anual de Conversatorios sobre Seguridad Ciudadana.
Si bien encontraron útil el uso de esa tecnología, reconoció que se decidió por el pronóstico humano debido a cuestiones logísticas, pues la mejor versión de PredPol lanzaba 30 pronósticos por día, por 25 seccionales, por 365 días del año, lo que implicaba serias dificultades para cumplir con la “dosis” de presencia policial.
“Elegir por la versión humana nos permitió ir en la línea de un paradigma de mejora de las competencias profesionales de una policía inteligente y de hecho la Unidad de Análisis Criminal, que creamos en la Jefatura de Policía de Montevideo, se reprodujo en los 19 departamentos y permitió este trabajo de análisis para la disuasión y prevención del crimen”.
Entre las lecciones aprendidas, Fraiman señaló que necesitaban crear un cuerpo especial de patrullaje y un programa de tiempo completo, así como incentivos económicos para los policías, capacitación a la unidad de análisis criminal; además de contar con evaluaciones y asesoramiento externo y la incorporación de nuevas tecnologías pero también de nuevos saberes.
“La Unidad de Análisis Criminal debía seguir desarrollándose en sus capacidades, explorando metodologías, formulando líneas de investigación e incluso de victimización repetida, de los temas del desplazamiento del delito. Toda una cantidad de cuestiones que valía la pena aprender localmente más allá de lo que dijera la literatura criminológica”.
El experto recalcó que aunque PredPol permitió de algún modo inducir al policía a patrullar en puntos calientes, a armar una logística concreta, y contar con una potencia predictiva, “para algunas reformas era mucho más importante que la sensibilidad de los policías, la mentalidad de la policía cambiara en este trayecto”.
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