El impacto negativo que causó la pandemia en la economía de la mayoría de los países, también se hizo notar en la inversión per cápita en telecomunicaciones, la cual descendió 0.2 por ciento en el 2020 a nivel global al pasar de 50.86 a 50.77 dólares; sin embargo, el resultado fue mayor en países en vías de desarrollo de América Latina, el Caribe, donde cayó 7.0 por ciento para descender de 45.16 a 41.99 dólares.
“Este comportamiento refleja una estrategia por parte de los operadores, reconociendo que iba a ver una presión sobre los ingresos, tratar de conservar el capital de inversión o sobre todo limitarse la inversión en aquellas áreas o países que iban a sufrir más desde el punto de vista recesivo a partir de la pandemia”, explicó Raúl Katz, investigador de Columbia University.

Durante su participación en el “Congreso Latinoamericano de Transformación Digital”, detalló que la inversión siguió creciendo solamente en geografías específicas, es decir, en los grandes centros urbanos con alto poder adquisitivo, acotó el experto del Columbia Institute for Tele-information al presentar su ponencia “El impacto económico de la banda ancha y la digitalización durante la pandemia”.
A través de diversos estudios se ha podido comprobar que el acceso a internet contribuye al crecimiento económico de los países, situación que no fue diferente durante la pandemia, incluso con menor inversión a nivel global. Los expertos aseguran que la disrupción económica puede mitigarse con banda ancha, el reto ahora es encontrar nuevos modelos de negocio para retomar el ritmo de inversión pre-pandemia, y que permita incluir a las zonas rurales y apartadas de América Latina y el Caribe.
Comentó que el salto en el uso de tecnología confirmó que la Banda Ancha Fija (BAF) es una necesidad ineludible, cuyo acceso fue facilitado por una tendencia a una mayor asequibilidad, lo que a su vez permitió a la población integrarse a todo el entorno digital y hacerle frente a la pandemia.
Al analizar datos del 20218 contra resultados con datos del 2020, se evidencia la consistencia en el efecto económico positivo de la banda ancha; es decir, que cuánto más penetración se alcanza, menor fue el impacto negativo asociado a la pandemia.
En el contexto de la crisis sanitaria, el acceso a BAF tuvo efecto mucho más importante desde el punto de vista de la mitigación, pues permitió “a sociedades que continuarán funcionando, al menos parcialmente, reconociendo que el confinamiento tiene efectos mucho más importantes, pero ese factor fue fundamental”.
Sin embargo, el experto recordó que la disminución en la tasa de inversión en las naciones menos desarrolladas, plantea un problema.
“Tenemos que resolver este punto de presión, este conflicto, entre las necesidades de tener mayor despliegue de redes, en un marco donde estas son más necesitadas. Entonces, qué tipo de incentivos, qué tipo de nuevos modelos de negocio podemos llegar a recrear para que la inversión siga continuando cómo lo estaba haciendo hace dos, tres años, y este es uno de los desafíos que tenemos que explorar en el marco regulatorio, en el marco de políticas públicas, para resolver la disyuntiva”.
Recientemente, en un análisis sectorial del periodo 2020-2021, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) informó que durante la fase crítica de la pandemia la industria logró sostener un nivel creciente e importante de inversiones (82 mil 587 millones de pesos), aunque en ingresos tuvo un descenso de 0.5 por ciento.
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