La aplicación de reglas de protección de datos personales juega un papel fundamental para asegurar que las nuevas tecnologías, «traigan nuevas oportunidades en lugar de nuevos problemas», destacó Didier Reynders, Comisionado Europeo para la Justicia, en el contexto de la 43 Asamblea Global de la Privacidad, organizada por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Bajo el contexto actual, añadió, la cooperación entre las autoridades de protección de datos no es un lujo, sino una necesidad, pues es imprescindible que los miembros de la comunidad de privacidad deben unir fuerzas y luchar por soluciones de convergencia, y la Asamblea Global de Privacidad que reúne a 130 autoridades en esta materia provenientes de 80 países, es el foro apropiado para «hacer esto realidad».
«Una convergencia regulatoria como la que se está observando en las reglas de privacidad en muchas regiones del mundo es un avance muy positivo. Puede aportar beneficios tangibles para fortalecer la protección de todos los ciudadanos cuando se transfieren datos al extranjero pero también para facilitar el flujo confiable de datos y el comercio».
No obstante, indicó que la convergencia regulatoria debe estar respaldada por una «fuerte cooperación y cooperación transfronteriza», por lo que en la comunidad europea se creó recientemente una academia de protección de datos que ofrece una plataforma a las autoridades de privacidad europeas y no europeas para intercambiar opiniones, mejores prácticas y lecciones aprendidas.
«Esta parece ser una brecha importante que debemos cerrar en un momento en el que cada vez más los implementadores de privacidad se ven enfrentados a lidiar con problemas o incidentes similares», precisó.
Al inaugurar los trabajos de la 43 Asamblea, Josefina Román Vargas, comisionada del INAI, dijo que si bien la regulación a la industria de la tecnología, se ha enfocado en combatir a problemas genuinos como el acoso en línea y las prácticas manipuladoras del mercado, también ha puesto en riesgo la protección de otros derechos fundamentales, como lo es la libertad de expresión y el derecho a la privacidad.
«La consolidación del paradigma digital también supone enfrentar desafíos de grandes proporciones, particularmente cuando los datos e información que compartimos por las plataformas digitales —y que pueden incluir aspectos de nuestras esferas más íntimas y privadas— son utilizados y explotados indebidamente, por parte del propio Estado, de agentes no estatales o, incluso, del sector privado», destacó.
En opinión de la comisionada hoy se vive un momento ideal para la colaboración propositiva, interdisciplinaria y multisectorial, pues la adopción acelerada de herramientas tecnológicas —inteligencia artificial, programación algorítmica, toma de decisiones automatizadas, cadena de bloques o el análisis de grandes datos— vuelve imperativo la gestión ética de los datos, así como la creación de un marco normativo robusto, dinámico y compatible con los mejores estándares internacionales, en favor de la protección y garantía de los derechos humanos.
Román Vargas aseguró que la constante evolución del entorno digital y la interacción de los individuos con éste, obliga a innovar la gestión, análisis, desarrollo e implementación de políticas públicas, a través de un marco que proteja la privacidad, al tiempo que fomente el uso del entorno digital para la prosperidad económica y permita flujos transfronterizos de datos personales, a través de una política internacional adecuada y la interoperabilidad jurídica.
“Regulaciones mínimas, la sobrerregulación y uso indebido de información privada, son ya, amenazas sin precedentes al derecho a la intimidad. Muchas personas, incluso de los que estamos aquí presentes, podríamos ignorar totalmente quiénes poseen nuestros datos o cómo los están usando. Por ello, los invito a que sumemos esfuerzos autoridades, academia, sector privado y sociedad civil, para hacer de la protección de los datos personales un eje prioritario en el mundo real, que es también virtual”, acotó.
En su oportunidad, Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva del Senado, reconoció que la protección de datos personales y la privacidad de las personas se han convertido en dos derechos clave para el desarrollo de una sociedad.
“Los avances en materia de Inteligencia Artificial y de nuevas tecnologías representan oportunidades de desarrollo, pero como legisladores no podemos perder de vista los retos normativos que acompañan estos avances”.
En un mensaje por video, Elizabeth Denham, presidenta de la Asamblea Global de Privacidad, comentó que el mundo digital siempre ha girado rápidamente, pero la pandemia ha acelerado la adopción de nuevos servicios, el ritmo de la innovación y el deseo de las organizaciones de buscar soluciones basadas en datos para sus problemas.
“Como comunidad debemos mantener el ritmo si queremos ser capaces de proteger el derecho de privacidad de las personas. Cuando alguien ve la oportunidad de usar la Inteligencia Artificial para la atención médica, es nuestro trabajo ver si la información de las personas está siendo tratadas de manera justa, si se está usando (sus datos) de manera transparente”.
Resaltó la necesidad de poner el enfoque en responder al ritmo del cambio con las personas en el centro de nuestros pensamientos: ¿cómo ve y cómo se siente la gente con el uso de sus datos personales?
“Una pregunta que es fundamental si queremos mantener la confianza de las personas en la innovación basada en datos. Entonces tenemos que convertir nuestro conocimiento en valor práctico. Nuestro aporte tiene que significar algo más allá de marcar casillas legales”.
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