El uso de la tecnología para la evaluación de los aprendizajes es considerada como una herramienta importante para innovar un nuevo modelo educativo, uno que responda más a las necesidades individuales de los estudiantes, sin minimizar el componente humano, ni el rol del docente en el proceso de enseñanza.
“La tecnología nos permite integrar el aprendizaje y la evaluación; podemos tener esa retroalimentación inmediata, el aprendizaje puede ser más granular, más interactivo, más responsivo a como aprenden las personas, y le da a los profesores un mejor entendimiento de cómo los alumnos aprenden de diferente manera, acoger esta pedagogía diferenciada”, aseveró Andreas Schleicher.
El director de Educación y Competencias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reconoció que además de tener un modelo que generaliza, uno de los errores que se ha cometido durante siglos es separar el aprendizaje de la educación.
“Les pedimos a los estudiantes que acumulen muchísimos conocimientos y les pedimos que regresen y nos cuenten todo de manera muy limitada, muy sucinta y eso es parte de la enseñanza superficial que vemos. La pregunta es cómo podemos reintegrar esto y creo que la tecnología va a ser una gran parte de la respuesta”.
En el webinar “Competencias del siglo pasado, presente y del futuro ¿por qué son relevantes?”, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el investigador y matemático consideró que la persona como factor de transmisión de conocimientos va a perder relevancia en el futuro, pero en lo social será más importante.
“No creo que los humanos puedan competir por mucho más tiempo con la tecnología. Dentro de unos pocos años los estudiantes estarán diciendo: ¿Porqué escuchar a un docente que habla del resultado del experimento cuando se puede hacer el experimento en un laboratorio virtual?”.
Marcedes Mateo, moderadora del webinar, reconoció el potencial de la tecnología en el sentido de hacer las evaluaciones amenas, incorporando el tema de la gamificación, por ejemplo, con lo que también se puede obtener información sobre los apredizajes y comportamientos de los estudiantes.
Sin embargo, subrayó también la importancia de retomar la equidad en el aprendizaje, así como el riesgo de que se terminen entregando “robots y dispositivos a niños pobres y docentes, y libros a niños ricos”.
Al respecto, Schleicher, Coordinador del programa de evaluación PISA, coincidió en que el aprendizaje es una experiencia social, pero apoyados en el uso de la tecnología para la transmisión de conocimiento, se les puede otorgar a los docentes un papel para cuidar aspectos individuales de cada estudiante, ya que el actual modelo educativo no se puede ampliar ni escalar.
“La tecnología con humanos puede también eliminar algunas de las brechas, puede colmarlas, entender a distintos estudiantes o utilizar el análisis de aprendizaje para personalizar la experiencia educativa. En el Siglo XXI tenemos que alejarnos del modelo único para todos y encontrar uno que responden a las necesidades de los estudiantes individuales, sin eso no vamos a tener equidad en el aprendizaje”.
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