Mantener la brecha digital, puede derivar en pobreza digital.
La digitalización es una condición obligada que tendrá que aprovecharse para la transformación productiva de América Latina, cerrar brechas y generar consensos, a través del Pacto Digital Iberoamericano, iniciativa que surgió en 2020, y que empata con la creación de nuevos lazos de cooperación con la Unión Europea.
“La pandemia impuso la llamada digitalización obligada, pero algo que no se dice es que América Latina no estaba tan mal en términos de penetración digital. Tenemos indicadores de celulares per cápita de los más altos del mundo. Costa Rica tiene el más alto del mundo”, precisó Rebeca Gryspan, Secretaria General Iberoamericana (SEGIB).
No obstante, es necesario realizar una gran inversión en infraestructura para la digitalización del Estado, de la educación y transformar la estructura productiva de la región. “Esa es la gran oportunidad que se deberá aprovechar en este momento, para dar un salto en la productividad”.
Para cerrar brechas, las Pymes no sólo necesitan créditos sino evolucionar su modelo de empresa; en la bancarización, la inclusión digital es otro elemento esencial, al igual que impulsar habilidades digitales entre la población, abundó la economista y ex vicepresidenta de Costa Rica, al participar en el panel virtual “Políticas de cooperación para una transformación digital inclusiva”.
Gryspan sostuvo que la región representa una gran oportunidad para las startups digitales, especialmente las europeas, por su población joven, su urbanización, porque 80 por ciento de su población vive en ciudades, “y la población joven y urbana es mucho más digital”.
Lo que denominamos innovación obligada viene de un dinamismo que no es menor; América Latina tiene 22 unicornios, Europa 36. “Han llegado además muchos fondos de ‘venture capital’, el Softbank de Japón, el Tencent de China, el Sequoia Capital de Silicon Valley… yo quiero ver Europa aquí”.
En su intervención Gryspan recalcó la oportunidad de aprovechar una mayor convergencia regulatoria entre Europa y América Latina y avanzar conjuntamente en el tema de la gobernanza del ecosistema digital.
Por su parte Lorena Boix Alonso directora de Sociedad Digital, Confianza y Ciberseguridad en DG Connect de la Comisión Europea, se refirió al documento aprobado este marzo, denominado Década Digital de Europa, que contiene la visión y vías para la transformación digital para el 2030, bajo un modelo donde el ser humano sea el centro de todo.
Con la crisis de la pandemia, fue notorio que la inversión en procesos de digitalización es un factor clave para la recuperación económica y para la inclusión, por lo que primera vez en la historia se exige que el 20 por ciento se dedique al ámbito digital, a lo que se sumarán derechos y principios digitales, dos propuestas regulatorias para la gobernanza de datos, así como la importancia de establecer una identidad digital.
Además de garantizar el “acelerón”, la Década Digital pretende “reforzar la necesidad de que el ser humano siga estando en el centro de “nuestros esfuerzos, porque nos hemos dado cuenta de que de la brecha digital se puede convertir rápidamente en un nuevo concepto que es el la pobreza digital”.
La brújula de la Década Digital está integrada por cuatro puntos cardinales: capacidades digitales para contar con el 80 por ciento de la población; infraestructuras digitales seguras, eficaces y sostenibles; transformación de las empresas, y duplicar el número de unicornios; así como digitalizar todos los servicios públicos clave.
Más allá de la conectividad y la digitalización, con la pandemia ha sido evidente la importancia del uso de los datos en todos los niveles, incluso para encontrar la vacuna más rápidamente. “Esto no se ha hecho por arte de magia, esto se ha hecho porque tenemos superordenadores, porque tenemos Inteligencia Artificial (IA) y un manejo de datos impresionante”.
Al ser interrogada sobre la dimensión de cooperación internacional, Boix Alonso recalcó que en la Década Digital se insiste mucho en que cualquier política que salga de la Unión Europea, ahora tiene que estar integrada la parte internacional y así se está haciendo; con América Latina es fácil hacerlo porque se comparten muchos desafíos, como la necesidad de la integración digital.
En diciembre pasado, refirió, hubo una reunión ministerial con América Latina donde se lanzó la Alianza Digital, un proyecto para enmarcar esta cooperación, basada en dos pilares: la conectividad y la cooperación regulatoria, porque hay una necesidad de tener buenos estándares comunes basados en la inclusión y la protección de datos, la transparencia de los mercados, y que menciona también la identificación electrónica.
C$T-EVP