Práctica recurrente de Gobiernos .
La restricción intencional de Internet que diversos gobiernos en el mundo ponen en práctica como una medida de control política y de comunicación, está a punto de convertirse en una “nueva normalidad” que trae consigo graves daños a los derechos humanos, impacta el desarrollo económico y tiene importantes efectos en materia técnica.
De acuerdo con el “Informe de la política pública: Interrupciones de Internet” de la Internet Society, estas acciones socavan la confianza de los usuarios, ponen en marcha una amplia gama de consecuencias para la economía local, afecta la fiabilidad de los servicios críticos del gobierno en línea y daña la reputación del mismo país.
El reporte, que destaca una serie de externalidades asociadas con los cierres de Internet a nivel mundial, exige a los legisladores del mundo “pensarlo dos veces” siempre que consideren restricciones de acceso como un medio para abordar los retos políticos.
Un cese de Internet se puede definir como una interrupción intencional de Internet o comunicaciones electrónicas, haciéndolas inaccesibles o efectivamente inutilizables para una población específica o dentro de un lugar, a menudo para ejercer control sobre el flujo de información”.
En la práctica, explica, las interrupciones de Internet suelen manifestarse como un corte o apagón total en donde todos los servicios de Internet son bloqueados de forma que los usuarios en un país o una región no pueden tener acceso a la red.
Otra manera de hacerlo es mediante un apagón parcial, en el que se aplican técnicas de bloqueo de contenido para restringir el acceso a sitios web o aplicaciones para bloquear a la gente de la comunicación o impedir que compartan información entre ellos.
Uno de los apagones de Internet que más llamaron la atención global es el realizado durante la rebelión de Egipto en 2011, cuando las autoridades interrumpieron el servicio durante casi una semana para afectar las comunicaciones de los protestantes.
Desde entonces, el uso de los apagones de Internet como una herramienta para propósitos políticos se ha elevado, pues de acuerdo con Access Now, el número de interrupciones pasó de 55 en 2016 a 61 en el presente año.
Mientras que el fenómeno es global, las tendencias actuales indican que India y Pakistán están a la cabeza con más interrupciones documentadas, seguidos por las regiones MENA (Medio Oriente y el Norte de África) y del Sub-Sahara”.
En la mayoría de los casos, las autoridades no divulgan las razones de la interrupción, dejando que los ciudadanos y defensores adivinen las razones del apagón. Cuando las autoridades hablan, las justificaciones comunes incluyen argumentos como preservar el orden público y la seguridad nacional normalmente durante protestas y elecciones, o para detener rumores y diseminación de contenido ilegal.
El reporte de Internet Society destaca que los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y reflejados en las Constituciones de muchos de los países donde esas interrupciones ocurren, confían a los gobiernos la responsabilidad de respetarlos y proteger el beneficio que obtienen los ciudadanos.
Las interrupciones de Internet, en especial las que inhabilitan todos los medios de comunicaciones, deberían ser consideradas como violaciones potenciales de los Derechos Humanos”.
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