Generó en la región cinco mil 500 mdd de ingresos en 2019.
Un futuro más digital caracterizado por el mayor uso de tecnologías habilitadoras como la Inteligencia Artificial (IA) representa una oportunidad para que América Latina se convierta en una potencia mundial mediante la transformación de la actividad económica basada en manufactura y extracción hacia la Industria 4.0, proceso que urge empezar a partir de la educación, donde los videojuegos tienen un rol más protagónico de lo que muchos piensan.
Romper mitos como el que los videojuegos no sirven más que para perder el tiempo es la gran encomienda que tiene la Universidad Carolina, de Saltillo, Coahuila, que busca proporcionar habilidades digitales a los jóvenes y abatir el abandono escolar, a través de su liga de Esports, y su carrera en línea de Desarrollo y Diseño de Videojuegos.
Esta institución está apostando por la “gamificación” del proceso educativo, pues cuenta con un programa encaminado a la producción de videojuegos, a través de la Licenciatura en Creatividad Tecnológica, en la que los estudiantes, en contacto con la tecnología, son los talentos cuyas ideas encuentran refugio en la programación y en las becas de Esports.
Incluso, la universidad está innovando la forma de evaluar a sus estudiantes porque diseña un sistema de calificación basado en puntos de experiencia, como sucede con los personajes de los juegos de RPG o juegos de rol, cuya puntuación indica cuánto van aprendiendo, adquiriendo conocimiento o mejorando habilidades, según las decisiones que toman.
“Es lo más orgánico, comparado con la vida real”, e igual que un RPG los jóvenes se irán especializando y tienen muchos más incentivos, argumentó Esteban Garza, cofundador de la universidad, que tiene su sede en uno de los estados con mayores niveles de inseguridad por la presencia del crimen organizado.
“Tengo claro que nos urge un cambio de paradigma de cómo producimos, cómo consumimos, cómo vivimos en este planeta, el tema de sostenibilidad y la Universidad Carolina le está apostando a la industria digital, justo para poder explorar una nueva forma de producir riqueza y calidad de vida”.
Los jóvenes de preparatoria y universidad, dijo, están aprendiendo a trabajar en equipo a través de los videojuegos, planeación de proyectos, mercadotecnia, hasta finanzas. Hay un tema muy importante que se incluye en esto, el de la narrativa, de poder contar historias, lo que ayuda a complementar habilidades duras, agregó.
Martina Santoro, fundadora de Okam Studio y ex presidenta de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos de Argentina (ADVA), complementa la idea de Esteban Garza respecto a los beneficios y usos de los videojuegos, pues ya no son sólo un entretenimiento o algo que haces para pasar el tiempo.
“Ya hay juegos que se están usan como simuladores en la NASA o simuladores para los mineros en las cordilleras, se usan para entrenar soldados, para rehabilitar personas con problemas motrices en hospitales, se utilizan en geriátricos, con chicos para que aprendan matemáticas; ya hay videojuegos que reflexionan, que documentan, que exploran sentimientos, que ayudan a personas con depresión, que crean comunidades online gigantes”.
En el episodio “Los videojuegos no son un juego”, del podcast Región Naranja, coproducción del BID y Naranja Media, Alejandra Luzardo, especialista líder en Innovación y Creatividad en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), reveló que esta industria ha tenido un crecimiento de más de 56.1 por ciento en los últimos cinco años, triplicando las ganancias proyectadas para la industria del cine.
Los videojuegos son el sector de mayor facturación en la industria digital, que en 2019 generó ingresos por 5 mil 500 millones de dólares en América Latina, lo que representó un crecimiento de 8.9 por ciento respecto a 2018. Pero esto es sólo 4.0 por ciento del mercado global, que en total generó 150 mil millones de dólares.
La experta cree que América Latina y el Caribe tiene una gran oportunidad de posicionarse como esa casa que es capaz de producir todo lo que está en la cadena de esta industria, de manera que compañías de otras naciones puedan ver el potencial que hay en la región.
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